El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, llegará el viernes a México en medio de una nueva crisis migratoria a las puertas del país: una caravana de más de 2.000 migrantes que salió de Honduras y que está varada en Guatemala con la intención de seguir camino hacia Estados Unidos.
México anunció que reforzará la seguridad en la frontera, pero la caravana ha provocado la indignación de Donald Trump y ha movilizado a los gobiernos de cinco países, el primero de ellos Honduras, a quien el presidente estadounidense amenazó directamente con retirar los fondos. Esta advertencia se ha ampliado a otros países centroamericanos gracias a una nueva andanada de tuits. “Hemos informado a Honduras, Guatemala y El Salvador que si permiten que sus ciudadanos viajen a través de sus fronteras hacia los Estados Unidos, con la intención de entrar ilegalmente a nuestro país, todos los pagos les serán detenidos”, escribió el republicano en la red social. “¡Cualquiera que entre a EE UU ilegalmente será arrestado y detenido y será repatriado a su país!”, insistió en otro mensaje.
México, mientras tanto, aguarda expectante el desenlace con su vecino, Guatemala. El Gobierno de Peña Nieto ha movilizado a decenas de policías a lo largo del río Suchiate, la frontera natural entre ambos países para deportar a los inmigrantes irregulares. “Toda persona que ingrese al país de manera irregular, será rescatada y sujeta a procedimiento administrativo y, en su caso, será retornada a su país de origen,”, señalan las Secretarias de Gobernación y Exteriores en un comunicado conjunto.
Las amenazas de Trump no han logrado disminuir los ánimos del éxodo centroamericano. “¿Usted cree que pasen, sabe cuándo llegan?”, se preguntaba este miércoles Octavio, un conductor de triciclo en la porosa frontera que separa Ciudad Hidalgo, en México, de Tecún Umán, en Guatemala. Bajo el puente fronterizo, pequeñas balsas cruzan el estrecho río Suchiate de costa a costa, a veces con maíz, a veces con diésel, a veces con personas. El brinco, un viaje de apenas unos minutos, cuesta hasta 400 quetzales (poco más de 50 dólares). El grupo más avanzado de la caravana ya está en esta zona guatemalteca, donde se han habilitado más de diez albergues. Los más veloces ya han cruzado al lado mexicano, según la prensa local.
Recuperan fuerzas
Otro colectivo, más nutrido, recupera fuerzas en la casa del migrante de Ciudad de Guatemala. La mayoría se acerca a la capital desde Zacapa, a unos 140 kilómetros en dirección oeste, retrasados por las puertas que tuvieron que derribar a su llegada al país. Los migrantes avanzan a un ritmo de 40 kilómetros por día, en un contingente con una fuerte presencia de niñas, niños, mujeres y adultos mayores. El punto más cercano entre México y Estados Unidos está aún a más de 2.000 kilómetros de distancia.
Del lado mexicano, el despliegue policial empieza a ser visible. Dos enormes aviones de la Policía Federal aterrizaron en el aeropuerto de Tapachula. Según el Gobierno mexicano, “la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiados (COMAR) es la institución encargada de procesar y analizar las solicitudes de refugio. La legislación nacional vigente establece un periodo de hasta 45 días hábiles, prorrogables por un periodo igual, para resolver sobre las solicitudes. Durante este tiempo el solicitante deberá permanecer en una estación migratoria”, advierte el documento de Gobernación y Cancillería.
En sentido inverso, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, dio su apoyo a los migrantes. “Vamos a apoyarlos, a nuestros hermanos hondureños, guatemaltecos o de donde vengan”, dijo el mandatario a la prensa local. Velasco instruyó a la Fiscalía Especializada de Migrantes y a siete albergues brindar atención y asistencia a los integrantes de la caravana.
La visita de Pompeo de este viernes estará marcada por esta nueva crisis migratoria en la frontera sur. Trump quiere evitar que se repitan las escenas del mes de marzo cuando otra caravana con cientos de familias salieron de Chiapas y fue disuelta a su llegada a Ciudad de México por una amenaza del republicano. El responsable de Exteriores de Washington se reunirá con el presidente Enrique Peña Nieto, el canciller Luis Videgaray y el secretario de Relaciones Exteriores del próximo Gobierno, Marcelo Ebrard, anunció el Departamento de Estado.
El organizador de la caravana fue detenido este martes en Guatemala. La policía guatemalteca arrestó a Bartolo Fuentes, un exdiputado hondureño, que acompañó a cientos de personas que salieron de San Pedro Sula huyendo del hambre y la violencia. El ministerio de Seguridad hondureño dijo que el activista fue arrestado porque «no cumplió con las normas de inmigración de Guatemala», por lo que será deportado a Honduras en las próximas horas. Según el Gobierno hondureño, «la caravana tiene una intención «a todas luces» política que busca alterar la gobernabilidad, estabilidad y la paz de nuestros países».
El Ejecutivo de Juan Orlando Hernández culpa al movimiento de izquierdas de Manuel Zelaya de estar detrás de la convocatoria que comenzó por Facebook en barrios marginales de la capital y ha terminado ocupando las portadas de los principales periódicos de Estados Unidos, México y Centroamérica.