Managua.- Una vez más la población nicaragüense fue reprimida por parte del régimen de Daniel Ortega durante la «Marcha de las banderas», en Managua.
Este fin de semana se desarrolló la manifestación de los autoconvocados por la libertad de los presos políticos. Los protestantes tenían prevista una ruta de marcha, que se vieron obligados a cambiar por la presencia de las fuerzas orteguistas, en el mismo sector del recorrido predefinido por los autoconvocados desde el día anterior.
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Rutas de marcha bloqueadas por los antimotines, presencia de caravanas con fuerzas de choque del régimen, fue el preámbulo de los disturbios provocados por los oficialistas y apoyados por las fuerzas policiales y paramilitares.
La represión dejó dos herido de bala. Se trata de Carlos Fletes, médico que se desempeña en uno de los hospitales privados de la capital, quien fue atacado por un paramilitar desde una camioneta civil, color roja, sin placa.
La otra persona habría sido herida en otro sector de la marcha, lo que provocó el enojo de los manifestantes que destruyeron e incendiaron un vehículo de la policía y colocaron obstáculos sobre la vía, mientras el conductor se refugió en un negocio cercano.
La policía movilizó más de 30 unidades vehiculares con antimotines y paramilitares, quienes procedieron a dispersar con disparos a los manifestantes y a rodear los centros comerciales hacia donde se desplazaron los protestantes al ver el accionar con armas de guerra por parte de la policía.
La próxima semana se prevé para Nicaragua un contexto muy complejo, dada la reacción que tendrá que dar el régimen de Ortega a los organismos internacionales que ya se han pronunciado en contra de la expulsión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.