San Juan.- El gobierno de Puerto Rico informó que congelará todos los créditos fiscales futuros, así como casi 2.000 millones de dólares en fondos para asignaciones especiales, con el fin de ayudar a mejorar el flujo de capital y balancear el presupuesto del territorio estadounidense que está sumido en una recesión que ya alcanza una década de vida.
Tales medidas entran en vigor mientras la junta federal de control, que supervisa las finanzas de la isla, se alista para aprobar un plan fiscal, que muchos creen incluirá varias medidas de austeridad.
El secretario del Tesoro de Puerto Rico, Raúl Maldonado, dijo que su agencia ayudará a evaluar unos 140 millones de dólares en créditos fiscales, para determinar cuáles ayudarían de mejor manera a la economía de la isla. Los créditos seleccionados se pagarán en un lapso de cuatro años, en lugar de en un solo pago anual, un movimiento con el que las autoridades esperar ahorrar entre 75 y 100 millones de dólares.
Se espera que la medida afecte los créditos fiscales otorgados a compañías en áreas que incluyen el turismo, vivienda y la industria cinematográfica.
Las autoridades gubernamentales indicaron que también congelarán 1,800 millones de dólares en fondos asignados en los últimos años para asuntos como servicios de consultoría, viajes culturales y eventos deportivos. Una comisión determinará de cuáles de ellos se desharán para ahorrar 625 millones de dólares, indicó Elías Sánchez, representante del gobernador ante la junta federal de control.
Sánchez dijo que tan solo en 2016, la administración previa asignó 1.300 millones de los 1.800 millones de dólares para gastos desconocidos. La comisión también investigará por qué se asignó esa cantidad y a dónde se destinaron los fondos.
Dijo que incluso si esos asuntos formaron parte de presupuestos anteriores, serían pagados por el actual.
«Por eso es que Puerto Rico va arrastrando unos déficits extraordinarios», subrayó.
Legisladores de oposición advirtieron que la medida afectará a organizaciones sin fines de lucro, porque reciben una porción de los 1.800 millones de dólares contemplados.
El territorio estadounidense tiene una deuda pública de casi 70.000 millones de dólares que quiere reestructurar este año. El gobernador de Puerto Rico ha solicitado que se extienda una suspensión a las demandas hasta finales del año, para que las autoridades puedan negociar con los acreedores los continuos impagos multimillonarios. La junta federal de control no ha dado respuesta a dicha petición.