Madrid.- España comenzó a recibir esta semana a los primeros refugiados a los que se había comprometido a reubicar para hacer frente a la crisis migratoria en Europa, como consecuencia, en gran medida, de la guerra en Siria.
El martes llegó un grupo de 20 personas -de nacionalidad siria e iraquí- procedentes de Grecia y el miércoles otro de 18 -todos eritreos- desde Italia.
Lo primero, van a ser las evaluaciones médicas y, sobre todo, la atención psicológica.
«Cualquier persona refugiada, dependiendo de la situación de la que provenga, pudo haber sido víctima de tortura, o víctima de cualquier agresión física o psicológica importante, y eso obviamente son temas que dejan secuelas importantes», dijo a CNN en Español Mónica López, directora de Programas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
«Nos encontramos con mucho estrés postraumático, como consecuencia o bien de lo vivido en el país de origen, o bien de las dificultades de llegar a España. Hay refugiados que han podido pasar años antes de llegar a Europa. Muchas veces los trayectos son momentos traumáticos».
Después, «hay que elaborar de alguna manera un duelo por todo lo que dejan» y enfrentarse al ‘¿y ahora qué?'», agregó López. «Tienen que elaborar un nuevo proyecto de vida, que también es difícil y para eso muchas veces necesitas apoyo psicológico».
En estos primeros meses recibirán el apoyo de CEAR y de otras ONG que trabajarán con ellos hasta que puedan ser completamente autónomos.
El proceso de integración
Una vez que los refugiados llegan a España, se inicia un protocolo que consta de tres fases, según explicó Mónica López.
«Lo primero que se hace es dejar que las personas descansen, que se familiaricen con el espacio», dijo López, explicando que en esta primera fase los refugiados pueden estar en centros de acogida o departamentos acondicionados para ello. En esta primera fase se hacen las evaluaciones médicas pertinentes y, en el caso de los niños, se inician los trámites de escolarización. Descartados problemas físicos, se trabaja la atención psicológica y sobre todo, el aprendizaje del idioma, señaló la responsable de CEAR.
Entre seis y nueve meses después, se pasa a la segunda fase: la de integración. En esta segunda etapa, a medida que las personas van adquiriendo el nivel de español adecuado, «se suele trabajar la orientación laboral» mediante el acceso a cursos de formación, si es que los necesitan.
Es una fase que dura aproximadamente 11 meses y los refugiados reciben ayudas económicas que «garantizan el pago de un alquiler, el pago de una manutención, del transporte, que cubre todas las necesitas básicas», dijo López.
Una vez pasados esos 11 eses, les quedaría una fase de seguimiento profesional de 4 meses, «por si tienen la necesidad de algún tipo de ayuda económica de carácter puntual». «La idea es que finalizado todo esto las personas sean capaces de generar sus propios ingresos para mantenerse», agregó López.
Según el Ministerio del Interior, a finales del próximo mes de junio habrán llegado a España un total de 586 refugiados.