lunes, diciembre 23, 2024

La distancia no le impidió ver a su hija graduarse de Harvard

Massachusetts.- Al ritmo de la música de mariachi, la joven Norma Torres Mendoza y su madre indocumentada, Carmen, se paseaban entre unas 90 familias hispanas en un moderno edificio en su campus universitario.

Era la graduación latina de la Universidad de Harvard. Norma, con su birrete negro y su largo traje de graduación, y Carmen, con un vestido gris y una sonrisa irreprimible, habían viajado juntas unas 1,800 millas en carro para celebrar este momento.

Norma completó este año su maestría en Política Pública en la escuela de Gobernanza de Harvard, gracias a una beca completa que le permitió costear el programa. Como presidenta de la asociación de estudiantes hispanos de la prestigiosa universidad de la Ivy League, Norma ayudó a planificar el evento bilingüe del martes, en que unos 90 alumnos hispanos celebraron junto a sus familias, muchas de ellas inmigrantes.

Para que su madre fuera parte del evento, Norma viajó hace una semana desde Massachusetts hasta Texas para buscarla, ante el miedo de que se presentara sin papeles en un aeropuerto para ir a su graduación. Ambas salieron en carro desde Houston hasta Cambridge, en un viaje de tres días en el que descubrieron nuevas partes del país en el que han vivido por 16 años.

Comieron carne a la barbecue en Tennessee. Vieron los verdes paisajes de Connecticut y de las afueras de Nueva York. Tuvieron un picnic al lado de un río en Massachusetts.

«Esos días fueron un momento muy grande para nosotros porque mi mamá venía a celebrar sus esfuerzos, sus sacrificios», relata Norma, la primera en su familia en graduarse de universidad. «Ella viene de un lugar tan humilde en México, y celebramos cómo llegó a ver a su hija graduarse de una de las mejores escuelas».

Durante la ceremonia para los alumnos hispanos, el secretario de Vivienda Julián Castro dio un discurso apasionado sobre los sacrificios de padres inmigrantes como Carmen, que han luchado para que sus hijos puedan llegar a una institución como Harvard.

“Ustedes están parados sobre los hombros de tantas personas que arreglaron camas e hicieron sacrificios, que recogieron cultivos y protestaron contra los poderosos, que pelearon en guerras y batallaron contra injusticias», dijo Castro, quien también se graduó de Harvard, durante el evento. «Y verlos aquí parados hoy fue la razón de su sacrificio, fue lo que ellos soñaron”.

Ver a Norma graduarse era el sueño de la vida de Carmen, quien cruzó la frontera en el año 2000 cuando su hija tenía 9 años. Es justo la misma edad que tenía Carmen cuando abandonó sus estudios en México.

«Yo en realidad no tengo estudios, vengo de un lugar muy humilde», relató Carmen a Univision Noticias, unas horas antes de desfilar junto a su hija en la ceremonia latina.

«Vine a los Estados Unidos porque en México tenía tres trabajos, pero no alcanzaba para sobrevivir. No quería romper las leyes; vine con muchas ganas de trabajar, y para que mi hija tuviera un mejor futuro en este país», reflexiona quien desde su arribo a Estados Unidos se ha dedicado a limpiar casas en Houston.

Al llegar a esta ciudad tejana, la madre mexicana inscribió de inmediato a su hija en una escuela primaria, y le habló constantemente sobre el valor del conocimiento y la educación.

«Yo no hablo inglés y no le podía ayudar con las tareas, pero siempre estaba pendiente a que las hiciera», cuenta Carmen. «Le daba un buen desayuno, la apoyaba en sus proyectos. Siempre le dije, ‘Yo no tengo dinero, pero la única herencia que te puedo dejar son tus estudios, que nadie te los va a quitar’ «.

Ahora vive orgullosa de saber que su hija aprovechó las oportunidades que ella vino a buscarle cuando cruzó la frontera: «Se me borró todo lo que he sufrido por estar lejos de mi familia al ver cómo mi hija se está realizando. Me siento muy feliz, soy la mujer más feliz del mundo».

El camino adelante

Antes de ser aceptada en Harvard, Norma se graduó en 2013 de Rice University, en Texas, con títulos en ciencias políticas y estudios hispanos. Allí ayudó a crear el programa Young Owls, que educa a jóvenes en Houston sobre ayuda financiera, ensayos de admisión, oportunidades en las ciencias y otra información para solicitar admisión a la universidad.

Norma estaba en la biblioteca de Rice en su último año cuando supo que Harvard la había aceptado en un programa de maestría, que la ayudaría a impulsar su meta de desenvolverse en la política estadounidense. «Se me salieron las lágrimas. Pensé en todos los sacrificios de mi mamá», dice.

Su madre dice que no había escuchado de Harvard antes de que su hija solicitara admisión. «No sabía exactamente lo que era porque yo no sé mucho de escuelas», cuenta Carmen sobre Harvard, donde los hispanos representan el 13% de la clase graduanda de pregrado de 2019. «Estoy como viviendo un sueño porque nunca me imaginé conocer este lugar».

Tras su graduación de Harvard, Norma, quien es beneficiaria del programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), dice que irá a Houston a trabajar en campañas a favor del voto latino.

«En 2016, dependiendo de qué presidente o presidenta entre, nos pueden quitar DACA», explica. «Eso significa que todos nosotros -ingenieros, doctores, licenciados con maestrías- podemos ser deportados. Es una realidad con la que debemos vivir a diario».

Dice que en cinco o diez años quiere entrar en la política, y le gustaría poder convertirse en ciudadana de este país. «Una de las limitaciones es que no puedo votar, y que en cualquier momento DACA puede terminar. Tampoco puedo salir del país a ver a mi familia», explica. «Me gustaría algun día ser libre; todavía no lo siento. Me gustaría más que nada darle ganas y seguir trabajando para este país».

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