Londres – Inglaterra.- La primera ministra británica, Theresa May, se ha jugado su última carta. Este martes, la jefa de Gobierno prometió incluir dentro del protocolo de enmienda de su Acuerdo de Retirada de la Unión Europea, la posibilidad de que ese texto sea sometido a un referendo confirmatorio, siempre y cuando se le apruebe en el Parlamento, durante la primera lectura que se le dará el próximo 03 de junio.
Con su movida, May, quien sabe que no cuenta con el voto a favor de los ultraconservadores, intenta atraer los síes de una oposición laborista que ve con desconfianza a la propuesta de salida de la Unión Europea y a la propia Primera Ministra.
“Estudiaremos seriamente los detalles de la nueva oferta cuando sean publicados, pero no vamos a dar nuestro apoyo a lo que no es más que el viejo plan con un nuevo envoltorio. Está claro que este Gobierno débil y en fase de desintegración no puede cumplir con sus compromisos”, respondió, de inmediato, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.
La posibilidad de una consulta refrendaria no ha sido la única contraprestación ofrecida por la gobernante, con tal de conseguir el visto bueno de los parlamentario en torno a su plan para abandonar la Unión Europea. Theresa May ha abierto las puertas para que sea el Parlamento el que decida, en las próximas semanas, si se le da o se le niega la luz verde a la unión aduanera temporal que ha sido planteada por el laborismo. Lo mismo ocurriría con cualquier otra solución de compromiso que se pueda forjar en Westminster.
