La Paz – Bolivia.- La violencia estalló en Bolivia la noche de este lunes. Varios focos de disturbios se registraron en La Paz y también en ciudades del interior boliviano, luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) proclamara al presidente Evo Morales como ganador de las elecciones generales, realizadas el domingo.
De acuerdo con los resultados exhibidos por el TSE, Morales logró acumular 46,4% de los votos, mientras que su oponente, el examandatario e historiador Carlos Mesa, quedó relegado al segundo puesto, con 37,07% de los sufragios.
Aunque la diferencia entre ambos aspirantes es de 9,33 puntos porcentuales, las autoridades la consideraron suficiente como para aplicar la regla que indica que un candidato se convertirá en Presidente cuando, al no acumular 50% más uno de los votos, obtenga 40% de las preferencias y una ventaja de 10%, con respecto a su más cercano competidor.
Un día antes de emitir su último boletín, el órgano electoral de Bolivia dio cuenta de un primer reporte. Ese informe, divulgado la noche del domingo, ubicaba a Morales como puntero de los comicios, con 45,28% de los votos y a Carlos Mesa como segundo en la carrera por la Presidencia, con 38,16% de las papeletas, pero obligaba a ir al balotaje.
Sin embargo, a horas de ese balance, el Tribunal Supremo Electoral decidió suspender el conteo rápido y la emisión de nuevos boletines. Ese incidente y la sorpresiva divulgación de resultados definitivos fue lo que generó las denuncias de fraude, que han estado acompañadas por intensas protestas.
En medio de ese escenario, la misión de observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA) hizo público un comunicado en el que calificó como “notorio” el empleo “de recursos públicos durante la campaña”.
Por otro lado, la delegación resaltó como “fundamental” el respeto de “la voluntad ciudadana, honrando los valores contenidos en la Carta Democrática Interamericana”.
