Santiago – Chile.- Tras 25 días de protestas y una serie de intentos por frenar el estallido social en Chile, el gobierno de Sebastián Piñera anunció la posible instalación de un congreso constituyente que formule una nueva constitución en el país y que sería ratificada en un posterior plebiscito; dicha medida fue criticada y rechazada este lunes por los opositores a Piñera.
El disentimiento de la oposición e incluso de algunos congresistas oficialistas sobre la nueva carta magna, parte del mecanismo propuesto por el presidente Piñera, quien estaría a cargo de los congresistas en ejercicio y de la realización del plebiscito al final del proceso y no antes para conocer las demandas del pueblo.
Luego de una reunión entre Piñera, sus ministros y los parlamentarios del partido Chile Vamos, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, anunció la decisión de proceso constituyente, agregando que “tendrá una amplia participación ciudadana”.
El senador opositor Felipe Harboe declaró que la ciudadanía está demandando una cosa distinta, que haya una Asamblea Constituyente o exista un mecanismo donde participen todos los ciudadanos.
Por su parte, el también senador pero del partido oficialista, Manuel José Ossandón, señaló que: “Los parlamentarios no tenemos la credibilidad hoy día, el Parlamento no la tiene para hacer algo sin la participación más activa de la comunidad”.
Mientras se registra la disputa entre la oposición y el gobierno por los anuncios realizados, en Chile las protestas continúan intensificándose. La mañana del lunes estudiantes protestaban en barrios de la capital chilena en una jornada en la que los profesores también llamaron a manifestarse y las organizaciones sociales y gremiales convocaron a un paro nacional.
Durante las protestas que mantienen al país sudamericano en una de las mayores crisis políticas de su historia reciente se ha exigido la modificación de la carta magna actual, que fue impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
