lunes, mayo 13, 2024

Evo Morales llegó a México e insistió en golpe de Estado

Ciudad de México – México.- Evo Morales está en México. Un avión de la Fuerza Aérea Mexicana trasladó al ex presidente boliviano desde su refugio en Chimore, una pequeña localidad del departamento de Cochabamba, en Bolivia, hasta al Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, que sirve a la Ciudad de México.

 

Luego de descender de la aeronave, el exgobernante, quien renunció a su cargo la tarde del domingo, tras casi 14 años en el poder, fue recibido por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. De hecho, fue ese ministro quien, este lunes, confirmó que Morales sería acogido en la nación azteca, como asilado político.

 

Una vez en tierra – y desde una tarima instalada con motivo de su llegada – el ex jefe de Estado arremetió contra la dirigencia opositora que denunció, por fraudulentas, las recientes elecciones presidenciales. “Quemaron tribunales electorales, quemaron las casas de nuestras autoridades”, disparó de manera acusatoria.

 

Tras la conclusión de esos comicios, celebrados el 20 de octubre, la tendencia de los resultados indicaba una segunda vuelta entre Morales y su más cercano competidor, Carlos Mesa. En ese punto, el conteo de votos fue suspendido y reactivado 24 horas después. Para ese momento, las cifras mostraban una extraña y sospechosa inclinación, a favor del líder indígena.

 

A pesar de que un informe técnico de la Organización de Estados Americanos (OEA) corroboró que tanto el recuento, como la transmisión de los resultados, estuvieron plagados de irregularidades, el expresidente le restó peso a las versiones que lo acusan de intentar manipular las elecciones, con el objetivo de quedarse, a la fuerza, en la Presidencia.

 

Por el contrario, Evo Morales se mostró como la víctima. Hizo suya la hipótesis del golpe de Estado y apeló a la lucha entre clases para aderezar su discurso. “Si de algo he pecado es de haber implementado programas sociales para los más humildes. Nuestro delito o pecado es que ideológicamente somos antimperialistas”, expresó.

 

Desencajado y sin la potencia habitual en su voz, el ex primer mandatario aseguró que, por un momento, llegó a pensar que, tanto él como sus seguidores, habían logrado acabar “con la discriminación, con la humillación”. Para rematar aquella idea, el exgobernante añadió que siempre “surgen otros grupos que no respetan la vida, menos la patria”.

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