sábado, abril 20, 2024

Luis Zarraga pasó de ser “Migrante a Amante de Costa Rica”

El protagonista de esta historia es un venezolano que emigró a Costa Rica, fue una decisión difícil, pero entendió que debía darle prioridad a su salud y seguridad personal. Llegó a Costa Rica con 35 kilos muy por debajo de su peso ideal, hoy nos comparte una historia ejemplar. #MiVuelo presenta a Luis Manuel Zarraga.

Fue el 30 de julio de 2018, cuando partió desde el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, Simón Bolívar hasta el Aeropuerto Internacional de Costa Rica. Ya Luis conocía ese país, en el 2009 fue invitado por el Conservatorio de Castella, como embajador cultural, pero quedarse y vivir era otra cosa.

Luis había trabajado en el estado Aragua, Venezuela para varios políticos de oposición y al estar identificado abiertamente contra las políticas del régimen se convirtió en blanco de ataque. En medio de esa situación, estaba su problema de salud, dijo «recibía un tratamiento médico que debía tomar a diario sin retraso, además de evaluaciones de laboratorios mensuales. Dado al problema grave y crítico de la salud tenía más de año y medio sin tomar la dosis y sin las debidas evaluaciones, e investigando supe que en Costa Rica existe el medicamento, los especialistas y la posibilidad de ser atendido hasta de manera gratuita».

A parte de ser periodista daba clases a nivel universitario en las carreras de comunicación social, ciencias jurídicas y psicología, en instituciones públicas como privadas, mantenía una columna semanal en las redes sociales llamada “Sin querer entrar en polémica y como tema de reflexión”. También tenía una papelería, librería y oficina de redacción de documentos, transcripciones, encuadernados.

Al llegar a Costa Rica

«Lo primero que hice fue comenzar a desarrollar el programa para venezolanos residentes en el exterior de la Universidad Bicentenaria de Aragua, hoy conocido como uba-internacional.com Asimismo, fui a las distintas organizaciones de apoyo a los migrantes venezolanos, como Ret Internacional Casa Orquídea, que me orientó para asegurarme y poder iniciar inmediatamente mi tratamiento para la recuperación de mi salud».

Luis trabajó como ayudante en una agencia de festejo, tuvo que repartir volantes para promocionar una tienda de comida rápida, hizo una que otra asesoría de trabajos de investigación y aunque fueron días de frustración le sirvieron para avanzar en ese país centroamericano de gran potencial turístico.

Para este migrante que extraña todo de su amada Venezuela, hoy lo llena de orgullo haber creado su marca llamada Sapiens@, un centro de emprendedores, en donde posicionó el programa de la UBA y le permite relacionarse con distintas organizaciones. En Instagram y Facebook lo ubican como @sapiens.capacitacion

Su mensaje para otros migrantes «dejar lo pasado atrás, soltar el estado de confort y entender que, así como han tomado la decisión de cambiar de país deben cambiar de actitud, que recuerden que en el exterior no tienen vecinos o familias que estarán pendientes de ustedes, que deben valerse por sí mismo y no depender de nadie, solo de sus habilidades y destrezas, que se redescubran, que se proyecten al nuevo ser que desean ser y tener un norte u objetivo claro».

Me despido hasta la próxima historia,

Adriana Henriquez

@migrantesenvuelo

 

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