Washington, DC.- La Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU, afirmó que cerca de 348 casos en que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) no tenía registros que demostraran que los inmigrantes querían dejar a sus hijos en Estados Unidos.
La mismo tiempo, encontró algunos casos donde agentes de la agencia deportaron a los padres. Muy a pesar, de que los padres expresaron que querían llevarse a sus hijos.
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Esta versión contradice las afirmaciones de altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus iniciales en inglés). Que aseguraba, que los padres optaban por dejar a sus hijos en Estados Unidos para que se quedaran con familiares.
Esto, mientras a ellos se les deportaba en 2017 y 2018 cuando el gobierno de EE. UU aplicó su estricta política migratoria.
EE. UU con leyes migratorias viciadas del mandato de Trump
Estos hallazgos, desempolvados por el inspector general Joseph Cuffari, quien fue designado al cargo por Trump, revelan nueva información. En este caso, una medida que se convirtió en una crisis política compleja para el gobierno anterior y representa problemas al actual. Y que en este momento, está trabajando para reunir a familias que incluso ahora continúan separadas.
Por su parte, el senador demócrata Dick Durbin, dijo, “Aquellos que idearon esta farsa tendrán que vivir el resto de sus días con el recuerdo de su crueldad”.
El gobierno de Trump separó a miles de padres inmigrantes de sus hijos desde el verano de 2017. Asimismo, estos niños no podían permanecer bajo custodia penal junto a sus padres. Así que, fueron transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés).
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La separación masiva de familias desató indignación pública. Además, de una demanda de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus iniciales en inglés), que también recolectó reportes de padres que fueron deportados sin la oportunidad de llevarse a sus hijos con ellos.
Hasta el momento, EE. UU ha transferido a cerca de 19.000 de ellos a instalaciones supervisadas por el HHS. A esos niños se les permite permanecer en Estados Unidos mientras el gobierno decide si tienen argumentos válidos para aspirar a la residencia mediante un padre que tenga la ciudadanía o por algún otro motivo.
Entre tanto, el gobierno de Biden continúa rechazando a los migrantes adultos. Esto incluye a solicitantes de asilo, y a muchas de las familias que cruzan la frontera. Esto, como parte del cumplimiento de una orden de salud pública emitida a comienzos de la pandemia de COVID-19.
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