Llorosa y con el corazón destrozado, Yael Pineda reveló ayer la trágica noticia a un grupo de activistas proinmigrantes: su abuelita Osvelia Maldonado-Gómez sería deportada en cuestión de horas.
De nada sirvió la petición firmada por cientos de residentes y la presión ejercida por un grupo numeroso de activistas ayer frente a las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en San Bernardino.
Los agentes migratorios igual llevaron a cabo la detención de Maldonado-Gómez, luego de que acudiera a cita con inmigración.
“Se nos dijo que sería deportada a México a las dos de la tarde… Ella hizo todo lo que le pidieron y aún así la detuvieron. Me siento derrotada, me siento muy mal. No es justo”, comentó visiblemente angustiada a La Opinión Yael Pineda, de 22 años de edad.
Una mancha en el historial
Según la organización Undocumedia, Maldonado-Gómez —hoy de 60 años de edad— emigró a Estados Unidos en 1989 en búsqueda de una mejor vida para sus hijos.
En 2010, la mujer considerada como ‘el pilar de la familia’, obtuvo la residencia permanente e incluso pudo viajar a su natal Morelos, en México, para visitar a su enferma mamá.
No obstante, su calvario comenzó en junio de 2011 cuando intento reingresar al país utilizando su residencia permanente. Fue en esta ocasión que se llevó a cabo una detención en su contra debido a un crimen menor que apareció en su historial.
Según Undocumedia, Maldonado-Gómez estuvo detenida ocho meses en una cárcel migratoria para eventualmente ser trasladada a un centro de mujeres, en donde permaneció ocho meses más.
“La detención le generó un trauma”, comentó Karla Estrada, representante de la organización.
“Esto no es el final. Continuaremos ejerciendo presión para evitar injustas deportaciones”, añadió.
La detención dejó secuelas psicológicas en Maldonado-Gómez, que incluyeron problemas para conciliar el sueño, ansiedad, miedo y depresión, al grado de necesitar medicamento, indicó también Undocumedia.
En octubre de 2012, la petición para permanecer en Estados Unidos, le fue negada por las autoridades; sin embargo Maldonado-Gómez fue puesta en libertad bajo fianza. Y este martes, la lucha de cinco años para evitar su deportación llegó a su fin.
Que vaya a ICE
Poco antes la celebración del Día de Acción de Gracias, Maldonado-Gómez recibió una carta en donde se le ordenaba aparecer en la oficina de ICE en San Bernardino.
Ella decidió seguir lo requerido pero fue detenida y puesta en proceso de remoción.
“Mi abuelita no es ninguna criminal, le quitaron injustamente la residencia y ahora la deportarán. Nada de esto es justo”, indicó Pineda.
Según la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), la residencia permanente puede ser revocada en caso de que el portador sea encontrado culpable de cometer un delito mayor, incluyendo fraude migratorio. También puede ser revocada en caso de
abandono de residencia, añadió la USCIS.
La Opinión pidió una declaración sobre el caso pero al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta. No obstante, Marcela Hernández, de Undocumedia, informó a este diario que Maldonado Gómez ya había sido deportada y se encontraba en Tijuana, México.
Ayuda
Ahora, la familia de Maldonado-Gómez pide la ayuda económica de la comunidad para pagar los gastos de su representante legal; además de ayudarla mientras se establece en México. Aquellos que deseen ayudar pueden hacerlo a través de la página YouCaring en: bit.ly/2ji8x1A