viernes, abril 26, 2024

Nueva Era Presidencial

Con esta elección presidencial 2016, los estadounidenses escriben un episodio controversial en su historia electoral, que durará siglos, y que se inicia desde noviembre 8 de este año, como una Nueva Era presidencial, con repercusiones buenas o malas para todo el mundo. Esta controversial etapa de los aspirantes a las nominaciones de sus partidos, desembocó más en los ataques personales y no a las propuestas con soluciones a los problemas de los estadounidenses. Al final de esta lid electoral, le quedó al pueblo norteamericano escoger la mejor opción para que sea el nuevo inquilino de la Casa Blanca y además ser el nuevo comandante en jefe de Las FF.AA. del país mas poderoso del mundo.

La gobernabilidad del nuevo mandatario estadounidense, habría que enfocarla con mucha sutileza política, cuyo punto de partida estaría en ordenar, primero, los problemas domésticos de su casa, o los que tiene en el exterior; unos cerca y otros muy lejos. Para los problemas cercano con sus vecinos (Latinoamérica) EE.UU., tiene que cambiar más su política exterior, permitiendo que aquellos países busquen sus propias soluciones internas, pero apoyándolos en el robustecimiento de su democracia y su economía, con un grado de inversión mucho más agresivo en educación, vivienda y salud, como aquél que penetró a las clases marginadas en muchos países de Latinoamérica, mediante el programa de Alianza para el Progreso, aprobado en 1961, en la conferencia de Punta del Este (Uruguay), para el desarrollo económico y social de América Latina.

Esta Nueva Era presidencial del nuevo mandatario estadounidense, debe estar circunscrita a parámetros estrictamente definidos hacia la conservación de la paz mundial, el cuidado del medioambiente, alimentación y educación de calidad, vivienda, seguridad nacional, cuidado de salud, fuentes de trabajo, política migratoria (que permita una regularización a los indocumentados), para que estas necesidades se conviertan en políticas de Estado.

Uno de los problemas más álgidos que han tocado fibras humanas, es aquellos en los que no se ha superado la segregación racial entre grupos de nuestra etnia. La Nueva Era presidencial, tiene que tener un contenido social transparente, pero dejando en claro que siendo los Estados Unidos de América, un país de leyes, no se puede confundir los derechos civiles dentro de su democracia, para ocupar un espacio y darle rienda suelta al libertinaje, que desemboca en manifestaciones de violencia y crímenes. Esta Nueva Era presidencial, tiene que iniciarse con una reforma a la Segunda Enmienda Constitucional, que contenga el uso de armas, con las limitaciones para conservar la vida, sin peligro; precisamente, porque no somos un país del Medio Oriente.

Los Estados Unidos de la Union Americana, además, tiene otro reto que es responsabilidad del nuevo mandatario, el de quitarle la mala imagen provocada por políticos estadounidenses que no refleja en verdad lo que es y significa esta hermosa nación, porque su población es de inmigrantes y los que la fundaron dejaron un buen legado para vivirla, primero, creyendo en Dios, y posteriormente se crearon sus leyes para respetarlas, sin privilegios.

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