Estados Unidos.- Aunque la administración Trump ha hecho y continúa haciendo campaña a costa de sus políticas restrictivas hacia la inmigración, ya sea ilegal o legal, el jefe de gabinete del propio presidente, Mick Mulvaney, ha asegurado que Estados Unidos necesita desesperadamente a más inmigrantes para que la economía siga creciendo, según un reporte de The Washington Post.
De acuerdo con ese diario, que obtuvo una grabación de la intervención de Mulvaney en una reunión privada en Inglaterra la noche del miércoles, el jefe de gabinete de Trump dijo a los presentes en el encuentro:
Mulvaney añadió que la administración buscaba que esos migrantes llegasen de una «manera legal», pero sus palabras contradicen la posición pública de las principales figuras de la Casa Blanca, empezando por el presidente Donald Trump o su asesor principal de políticas, Stephen Miller, que han estado elaborando medidas para restringir, incluso, la inmigración legal, alegando que va en detrimento de los empleos y salarios de los trabajadores estadounidenses, que asumen como la base del electorado de Trump.
En cuanto a la inmigración irregular la postura es más generalizada dentro del partido republicano- e incluso entre muchos demócratas-, y levantar un muro que impida el paso a quienes buscan llegar a Estados Unidos se ha convertido en un símbolo de la actual administración.
Sin embargo, la realidad parece enfrentar a Trump a una paradoja: los inmigrantes de cuya expulsión hace gala para «hacer grandioso a Estados Unidos otra vez», parecen ser necesarios y formar parte de esa grandeza. Así lo ha dicho su propio jefe de gabinete y varias in vestigaciones lo avalan.
En numerosas ocasiones la administración ha repetido que lo que quiere son inmigrantes con un alto nivel de formación, un enfoque contemplado dentro del plan migratorio presentado por el yerno del presidente, Jared Kushner.
Entre las principales ideas de ese plan están mejorar la seguridad fronteriza, constuir el muro y avanzar hacia un sistema basado en méritos, que suplante al que denomina como ‘inmigración en cadena’, en referencia a la reunificación familiar.
Aunque Trump aprobó ese plan migratorio, funcionarios de la administración han dicho en varias ocasiones a los medios que no creen que vaya a ser aprobado por el Congreso, al menos durante este mandato de Trump.
En 2017 los senadores republicanos presentaron un proyecto de regulación de la migración basado en méritos y una serie de requisitos como dominio del inglés y recursos económicos suficientes, con miras a reducir la inmigración legal a la mitad.