Detroit – EEUU.- Paulina Randol, una mujer de 51 años, que residía en Fawn River Township, Michigan, murió, el pasado lunes, luego de recibir varios impactos de bala.
Según reportes oficiales, el responsable del asesinato fue un niño, de nueve años, a quien Randol y su familia habían adoptado en 2016.
El menor, que se encuentra recluido en un centro de detención juvenil, le disparó a su madre adoptiva con una escopeta.
El pequeño, originario de Indiana, estaba siendo evaluado en un centro de atención psiquiátrica administrado por las autoridades de Michigan.
Antes de ser asesinada, Paulina Randol había solicitado atención especializada para su hijo adoptivo, pues sabía que él tenía “cicatrices” y se encontraba perturbado.
De acuerdo con Reagan Martin, hija mayor de Randol, su hermano adoptivo había sufrido con su madre biológica, quien era adicta a las drogas.