Este verano el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) comenzará a construir el muro que el presidente Donald Trump prometió durante su campaña electoral, empezando con prototipos cerca de San Diego.
De acuerdo a agentes del DHS, cuatro a ocho prototipos se añadirán a las barreras existentes entre la ciudad californiana y Tijuana, con fin de determinar cuáles son las más eficientes en prevenir el ingreso de personas indocumentadas.
John Kelly, el secretario del DHS, había dicho que la agencia no tenía places de construir un muro a lo largo de las casi 2,000 millas que comparten México y Estados Unidos.
Ronald Vitiello, vicecomisario interino de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), había dicho lo mismo. Incluso, Vitiello había informado que 130 millas de la frontera habían sido catalogadas inhóspitas debido a aguas circundantes y terrenos escabrosos.
De ser construido a lo largo de la frontera, el muro cruzaría por encima de decenas de propiedades privadas, por lo cual el Departamento de Justicia ha propuesto contratar a una docena de abogados para afrontar eminentes casos de bienes y raíces.
Desde que Trump tomó protesta, la cantidad de personas detenidas en la frontera ha fluctuado. Entre enero y marzo de 2017, la cantidad cayó de 31,581 personas a 11,126, lo cual fue celebrado por partidarios del mandatario como fruto del “Efecto Trump”.
