domingo, octubre 6, 2024

Sueño americano se ve mas alejado para nuevas generaciones

Es un componente esencial del concepto de sueño americano: la idea de que si uno se esfuerza, si uno pone todo su empeño, Estados Unidos te permitirá a cambio disponer de cuotas de libertad y de oportunidad que, en tu país de origen, jamás habrías alcanzado.

Así, al menos, era como solía ocurrir. De los niños que nacieron en los cuarentas, a un 90% les fue mejor que a sus padres. Pero en las décadas recientes, este ha sido cada vez menos el escenario real. La ‘movilidad de ingresos absoluta’, como la llaman los economistas, se redujo hasta un 50% para los niños nacidos en los ochentas. Esto, sin atender al lugar específico que ocupaban sus padres en la escala de ingresos. En otras palabras, las probabilidades de que el millennial promedio ascienda, en materia de ingresos, a un peldaño superior al de sus padres son de un 50-50.

Ese es precisamente el llamativo hallazgo de una nueva investigación realizada por un equipo de economistas liderado por Raj Chetty , de la Universidad de Stanford, y Nathaniel Hendren, de Harvard. Los investigadores compararon los ingresos brutos de los niños nacidos entre 1940 y 1984, a la edad de 30 años, con los de sus padres, efectuando el ajuste por inflación. La gráfica que sigue, disponible en el sitio web de su proyecto de investigación The Equality of Opportunity Project, visualiza el resultado de los ingresos brutos.

Porcentajes de niños que ganan más que sus padres (por año de nacimiento)

La proporción de chicos que, a los 30 años, supera a sus padres en términos de ingresos va en picada.

Hay dos posibles explicaciones para este preocupante fenómeno. La primera, y acaso la más familiar, es que el lógico auge identificado con la postguerra, que había alimentado enormemente al sueño americano, al menos en su sentido clásico, se agotó. Desde entonces, el crecimiento económico, visto como un todo, se está dando a una tasa menor, por lo que podríamos decir que cada vez el pastel es más pequeño. Ahora bien, la otra explicación pasa por sostener que este mismo pastel está siendo picado más desigualmente que antes.

Los investigadores sometieron a examen ambas explicaciones. Si los niños de los ochentas hubieran experimentado un incremento del PIB (Producto Interno Bruto) similar al de los cuarentas, pero sin cambios en los niveles de desigualdad, entonces la movilidad absoluta habría crecido hasta cerca de un 62%, un incremento, a todas luces, modesto. Y, por otra parte, si el PIB hubiera registrado valores parecidos a los de los años cuarenta, pero el pastel hubiera sido divido del mismo modo en que entonces, la movilidad absoluta, ahora sí, habría dado un salto hasta el 80%. Eso quiere decir que, de haber creado una economía más equitativa, se pudiera haber cerrado en un 71% la brecha entre los dos puntos, cronológicamente hablando.

 Pero existe, a su vez, una discrepancia geográfica. Aunque fue de alcance nacional el declive en la cuota de niños que fueron capaces de superar, en materia de ingresos, a sus padres, las mayores caídas ocurrieron cerca de los centros industriales del Medio Oeste, en estados como Illinois yMichigan (45 y 48 puntos porcentuales, respectivamente). Por su parte, las más pequeñas sucedieron en Massachusetts, Nueva York, y Montana (alrededor de 35 puntos porcentuales).

Artículos Relacionados

119,902FansMe gusta
16,400SeguidoresSeguir
1,486SeguidoresSeguir
17,950SeguidoresSeguir
812SeguidoresSeguir
8,430SuscriptoresSuscribirte
0
0
0
0