WASHINGTON.- La puesta en marcha de los alivios migratorios, pendiente de una luz verde en el Tribunal Supremo, reduciría la pobreza entre millones de niños y elevaría en un 10% los ingresos familiares para más de diez millones de personas, según un informe divulgado recientemente.
El análisis, realizado conjuntamente por el Instituto de Política Migratoria (MPI, en inglés) y el Instituto Urbano, se suma a la creciente montaña de estudios sobre los beneficios de los alivios migratorios anunciados por el presidente Barack Obama en noviembre de 2014, que han sido impugnados por un grupo de 26 estados, liderado por Texas.
Se prevé que el Tribunal Supremo emita un dictamen sobre la legalidad de los alivios migratorios en junio próximo. Uno de ellos es una extensión del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012 para los “DREAMers”, mientras que el segundo, conocido por su sigla en inglés “DAPA”, está pensado para 3,6 millones de adultos indocumentados con hijos ciudadanos o residentes legales.
Una vez puesto en marcha el “DAPA”, éste “tiene el potencial de mejorar los ingresos y estándar de vida de muchas familias inmigrantes no autorizadas”, señaló Randy Capps, analista del MPI y coautor del informe elaborado con datos del Censo.
En concreto, el eventual permiso de trabajo que conseguirían los beneficiarios del “DAPA” aumentaría sus ingresos familiares en un promedio del 10%, además de que reduciría la pobreza para millones de personas en hogares amparados por el programa, incluyendo cerca de cuatro millones de menores de edad nacidos en este país.
Es decir, el número de hogares pobres amparados al “DAPA” bajaría en un seis por ciento, un logro significativo si se toma en cuenta que, según los investigadores, el 36% de las familias elegibles para ese programa vive por debajo de la línea de la pobreza, con un ingreso promedio de apenas $31,000 anuales.
En cambio, la tasa de pobreza es del 22% entre la población inmigrante, y del 14% entre familias con padres nacidos en EEUU, indicó el documento de 37 páginas.
Heather Koball, investigadora del Instituto Urbano y coautora del informe, destacó lo que activistas pro-reforma han venido señalando durante años: la falta de “papeles” no sólo perjudica a los padres indocumentados sino también a sus hijos nacidos en Estados Unidos.
Se calcula que de los 4,3 millones de niños con padres elegibles para el “DAPA”, el 85% nació en este país.
“Hay fuertes evidencias de que el estatus no autorizado de los padres reduce el bienestar y el desarrollo de sus hijos, debido al estrés familiar, el miedo a la deportación, pobres condiciones laborales, menores ingresos, vivienda inferior, y una renuencia a buscar ayuda comunitaria para sus hijos”, advirtió Koball.
Como ya han documentado otros estudios, la deportación de tan solo un padre indocumentado supone el quebranto del núcleo familiar. Según este nuevo informe, la expulsión de un padre reduciría el ingreso de su familia por un promedio de $24,000 anuales, dejándola con profunda penuria.
El documento señala que el 69% de los beneficiarios del “DAPA”, la mayoría de origen mexicano, lleva al menos una década en EEUU, mientras que una cuarta parte se asentó en el país hace más de 20 años.
Precisamente por falta de “papeles”, estas familias suelen tener empleos con poca remuneración y, por lo tanto, registran índices más altos de pobreza en comparación con otras familias con hijos menores de edad.
Según un desglosado del análisis, California, Texas, Nueva York, Illinois y Florida, encabezan la lista de 20 estados con el mayor número de personas que se beneficiarían del “DAPA”.
Tan sólo en California, hay poco más de un millón de posibles beneficiarios, seguidos por 559,000 en Texas; 231,000 en Nueva York; 183,000 en Illinois; 150,000 en Florida, y 133,000 en Nueva Jersey.
El asunto de la inmigración ilegal ha sido un tema dominante en la contienda presidencial y, según activistas, será uno de los factores que movilice a más de 13 millones de votantes latinos el próximo 8 de noviembre.
En general, los precandidatos republicanos defienden una “mano dura” contra los inmigrantes indocumentados. El magnate empresarial, Donald Trump, ha permanecido en primer lugar en las encuestas internas del partido al recetar la deportación masiva de toda la población indocumentada.
Del lado demócrata, tanto Hillary Clinton como Bernie Sanders han prometido defender y ampliar los alivios migratorios de Obama.