Wellinton – Nueva Zelanda. Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, dio la orden de iniciar una investigación oficial sobre la masacre perpetrada en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, a mediados de mes, que dejó un saldo de 50 personas fallecidas y más de 25 recluidas en centros de salud.
Arden dio pie para que «una comisión real», que es el sistema legislativo más poderoso de Nueva Zelanda, abriera una investigación oficial, que de respuestas sobre el fatídico día, donde un solo hombre, asesinó a cincuenta personas inocentes.
“Es importante que no quede piedra sin remover para entender cómo este acto terrorista ocurrió y cómo pudimos haberlo impedido”, dijo la primera ministra Jacinda Ardern.
La autoridades de inteligencia neozelandesas han sido duramente críticadas al concentrarse solo en un ataque islámico, dejando de lado a la supremacia de extrema derecha. «Una pregunta que debe ser respondida es si podíamos o no haber sabido más» , «Nueva Zelanda no es un estado de vigilancia permanente. Pero hay preguntas que deben ser respondidas», apuntó la ministra.
Ardern descartó la posibilidad de que Nueva Zelanda restablezca la pena de muerte para el caso del australiano Brenton Tarrant, de 28 años, quien abrió fuego con un arma semiautomática, en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch el 15 de marzo pasado y transmitió en vivo a través de Facebook, mientras cometía los actos xenofóbicos.
Luego de la masacre, la primera ministra anunció la prohibición de armas semiautomáticas y fusiles de asalto en el país, asegurando que el hecho estaba marcado como «uno de los días más oscuros de Nueva Zelanda».
