Dallas – EEUU.- Representantes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos confirmaron el hallazgo de los cuerpos sin vida de tres inmigrantes, que intentaron cruzar el río Bravo, con la intención de llegar, de forma ilegal, a Estados Unidos.
El primero de los tres cadáveres se ubicó cerca de Havana, Texas, mientras que el segundo se encontró en la localidad de Mission, también en Texas. En la recuperación de ambas personas participaron efectivos la Guardia Costera, de los Departamentos de Bomberos de La Joya y de Mission, así como miembros de la Oficina del Alguacil del Condado de Hidalgo.
La tercera víctima fue recuperada en la ciudad de Kingsville, en el condado de Kenedy. Hasta ese lugar se trasladaron funcionarios de la Oficina del Sheriff e integrantes de la organización Justice of the Peace.
A comienzos de 2019, la Patrulla Fronteriza encontró muerto a un bebé de diez meses, a orillas del río Bravo. Más tarde, en junio, Óscar Alberto Martínez, un padre salvadoreño de 25 años, y su hija de casi dos años, fueron localizados sin vida en las riveras del mismo afluente.
Las muertes han sido atribuidas a la política implementada por la Administración Trump. En su afán por contener la migración ilegal, el Jefe de Estado ha hecho que sus agencias obliguen a miles de indocumentados a esperar la resolución de sus casos de asilo en Estados Unidos, del lado mexicano.
Esos procedimientos pueden demorar meses y, en algunos casos, años. Por ese motivo – y en medio de la desesperación – los inmigrantes se ven motivados a lanzarse a las aguas del río Bravo para cruzarlo a nado y llegar a suelo estadounidense, aun cuando pueden perder la vida en el intento.
