San Salvador – El Salvador.- Ni Estados Unidos ni El Salvador se atreven a pronunciar la frase “tercer país seguro”. Sin embargo, todo indica que el pacto migratorio firmado el pasado 20 de septiembre, por los gobiernos de ambas naciones, contempla acuerdos que se acercan a esa figura.
Un reportaje publicado por la agencia de noticias EFE ha revelado parte del contenido del trato, que fue alcanzado por la canciller salvadoreña, Alexandra Hill, y por el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan.
De acuerdo con EFE, El Salvador se ha comprometido a recibir, en su territorio, a las personas que pidan asilo en Estados Unidos, luego de haber llegado a esa nación de manera ilegal.
En consecuencia, las autoridades salvadoreñas deberán acoger a esos migrantes y garantizarles protección, mientras se resuelven sus solicitudes.
Por otro lado, El Salvador tendrá que establecer un procedimiento para gestionar la situación de los indocumentados que, estando en suelo salvadoreño, renuncien a la posibilidad de recibir asilo en Estados Unidos.
De hecho, en el artículo 8 del tratado se explica que tanto Washington como San Salvador “se esforzarán por apoyarse mutuamente en el reasentamiento” de personas que requieran “protección en circunstancias especiales”.
Consciente de ese último particular y de las condiciones de su país en materia de seguridad, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, advirtió que su nación no cuenta con “un ambiente humano, digno, limpio, moderno, (y) seguro” para recibir a los migrantes.
Según cifras oficiales, entre 2015 y 2018, El Salvador registró entre 103 y 50,3 muertes violentas, por cada 100 mil habitantes.
A pesar de esa realidad, Bukele defendió el acuerdo, resaltando que se trata de un apoyo de El Salvador a su “aliado natural más grande”.
