San Salvador – El Salvador.- Óscar Martínez y su hija Valeria ya pueden descansar en paz. Los migrantes salvadoreños fueron enterrados este lunes, luego de morir ahogados, la semana pasada, cuando intentaban llegar a Estados Unidos.
Sus cuerpos, hallados en las riberas del río Bravo, recibieron cristiana sepultura en el cementerio público La Bermeja, que se ubica en la capitalina ciudad de San Salvador. Una carrosa fúnebre, escoltada por funcionarios del Cuerpo de Agentes Metropolitanos, fue la encargada de trasladarlos hasta ese camposanto.
A la ceremonia de inhumación sólo tuvieron acceso autoridades salvadoreñas, así como amigos y familiares de las víctimas. Entre los presentes se encontraba Tania Vanessa Ávalos, esposa y madre del hombre, de 25 años, y de la pequeña, de 23 meses de edad.
Según Víctor Manuel Rivera, alcalde de San Martín, el municipio de San Salvador del que eran originarios los migrantes, la mujer agradeció “a las personas que les han dado apoyo”.
Los cadáveres de Óscar Martínez y de Valeria Martínez Ávalos llegaron a El Salvador el pasado 28 de junio, luego de haber sido trasladados, por tierra, desde México hasta su país de origen.
