domingo, mayo 19, 2024

Deportado otro inmigrante tras acudir a cita

“Hoy deportaron a mi esposo. Me rompieron el corazón”, dice Wendy García al otro lado del teléfono. Tras un silencio, se escuchan sollozos y lamentos en voz baja. “Estaba presentándose a sus citas durante el proceso de asilo en la oficina de ICE, cuando lo detuvieron”, agrega.

El esposo de García es Espilvio Sánchez-Benavidez, un inmigrante que en 2013 huyó de Nicaragua y buscó asilo en estados Unidos. Lo detuvieron en la frontera, pasó la entrevista de miedo creíble y comenzó un largo camino en busca de protección hasta que lo deportaron este miércoles.

«Espilvio Ramiro Sánchez-Benavidez, ciudadano de Nicaragua, ingresó a Estados Unidos el 10 de julio de 2013”, confirmó a Univision Tammy Spicer, agente de asuntos públicos de la Oficina Inmigración y Aduanas (ICE). “Su caso fue revisado por la Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración”, agregó.

ICE reiteró que no comenta detalles de los expedientes de asilo.

“Él estaba cumpliendo con todas sus citas”, subraya García. “No faltó a ni una sola. Y cuando fue a la última el 9 de marzo en la oficina de ICE ubicada en Miramar, ya no pudo salir libre. Lo dejaron ahí, después de lo llevaron para Alabama, de donde lo deportaron hace poco. Ya puede usted imaginarse cómo me siento. Es muy fuerte, demasiado fuerte”.

Horas antes de la deportación de Sánchez-Benavidez la organización United We Dream (UWD), capítulo Miami, le entregó más de 9,000 peticiones a los representantes republicanos de Florida Ileana Ros-Lehtinen y Carlos Curbelo, para que ICE liberara al inmigrante nicaragüense.

“Le entregamos las firmas y después nos enteramos que Espilvio fue deportado a Nicaragua”, dijo María Bilbao, activista de UWD. “Estábamos ilusionados, pero nada. El gobierno ha destrozado a otra familia de inmigrantes. Ella, la esposa, es empleada doméstica. No gana mucho y con lo poco que recibe deberá seguir criando a su hijita”, dice.

 United We Dream dice que Sánchez-Benavidez emigró a Estados Unidos en 2013 desde Nicaragua escapando de la guerrilla y la inestabilidad en su país. Agrega que, a la edad de 21 años, ya había presenciado la muerte de dos miembros de su familia por oponerse al gobierno del presidente Daniel Ortega, en un país “donde él mismo estaba siendo amenazado”.

“Espilvio fue detenido en 2013 al ingresar a Estados Unidos (por la frontera), pero presentó una solicitud de asilo. En 2015 su caso de asilo fue denegado y ha estado en un proceso de apelaciones. Durante su registro de rutina el 9 de marzo, fue detenido. Esto podría significar la muerte para él”, asegura la organización.

“En el 2015 le dijeron que no a la petición de asilo, pero se apeló el caso”, cuenta Alfonso Oviedo Reyes, abogado de Sánchez-Benavidez. “Apelamos, y hasta el día de su detención no se había resuelto el proceso”, agrega.

Tras conocer la decisión de ICE de expulsar a su cliente, comentó que “el gobierno ha tomado una decisión errónea cuando el caso todavía se encontraba bajo revisión”.

Oviedo agrega que durante el proceso de asilo “el juez pidió pruebas corroborativas de su historia, pero fue muy difícil conseguirlas en Nicaragua. Y después solicitó otras evidencias cuando ya había negado la petición. Sin embargo, cuando tuvo su audiencia de miedo creíble si creyeron en su historia”.

 Una fuente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que pidió no revelar su identidad porque no estaba autorizada a hablar con la prensa, dijo que la agencia le está dando prioridad a los casos “donde existe una orden de deportación. Están acelerando los casos”.

Agregó que, a partir del 25 de enero, tras la firma de las órdenes ejecutivas relacionadas con la construcción del muro en la frontera con México y las ciudades santuario, se han “acelerado las expulsiones de individuos que tienen una orden de deportación”.

En las órdenes ejecutivas de enero el presidente Trump decretó que la inmigración indocumentada constituye una amenaza para la seguridad pública y nacional, y decretó que el DHS lleve a cabo redadas y deportaciones aceleradas, principalmente de indocumentados con antecedentes criminales y con orden de deportación.

“Son casos muy difíciles, sobre todo en estos tiempos”, advierte Ezequiel Hernández, un abogado de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona, y colabora frecuentemente con Univision Noticias y el Noticiero Univision.

“Los inmigrantes en esta situación tienen que hablar con su abogado e informarse de cuáles son sus opciones, tanto si se presenta o no a una cita de inmigración”, apuntó.

“Deben tener claro qué sucede en caso que no vayan a la cita, y principalmente las vías alternas dentro del debido proceso migratorio. Pero la información es clave, sobre todo ahora con las nuevas reglas impuestas por el gobierno”, indicó Hernández.

Bilbao comentó que durante la era del presidente Barack Obama “había más comprensión. Pero ahora estamos viendo esta tragedia. E imagínese la gente que no tiene abogado. Muchos están yendo solos a sus citas y después no saben cómo pueden defender y reclamar sus derechos”.

La esposa de Sánchez-Benavidez dice estar preocupada por la vida de su esposo en Nicaragua. “Cuando el huyó en el 2013, lo hizo porque mataron a dos familiares suyos. Dios quiera que no le pase nada y que el gobierno me lo traiga de regreso», concluyó.

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