Estados Unidos.- La pandemia COVID-19 convierte en pesadilla el sueño de una familia migrante en Estados Unidos.
Desde Puebla, México hacia Nueva York, viajó Adalberta Hernández, para abrazar a sus hijos a quienes no veía desde hace tres años y gracias al programa de Reunificaciones Familiares pudo reencontrase con ellos el 21 de febrero.
«Fue una alegría enorme para mis hermanos y para mí, pero ahora nos ha dejando un gran vacío, una tristeza», expresó Gloria Garcia, tras el fallecimiento de la mujer de 76 años a consecuencia del coronavirus en esa ciudad.
Sus hijas lamentan no poder haber dado una santa sepultura a su madre en el pueblo natal, porque debido a la pandemia se suspendió la repatriación de los cuerpos. «Ella quería ser sepultada junto a su mamá», dijo Garcia.
Además, la familia contrató los servicios de una funeraria en Nueva York para la cremación, sin embargo recibieron una carta del hospital para que retiren el cuerpo de Adalberta.
«Si no es por la carta no sabemos que la funeraria no había hecho su trabajo», dijo Estela Garcia, otra de las dolientes, al asegurar que aún no reciben respuestas.
Esperan que finalmente la funeraria les responda por el servicio que pagaron, para dar cierre a este momento de angustia y dolor.
