California – Estados Unidos.- Más de 30 médicos, acompañados por estudiantes de medicina que forman parte del movimiento Cerremos los Campos de Concentración (centros de detención) y las Familias Permanezcan Juntas, intentaron darle atención a niños que se encuentran detenidos en el centro de la Patrulla Fronteriza en San Ysidro – California. La jornada de salud contemplaba la vacunación de los menores, sin embargo autoridades de la Patrulla Fronteriza no permitieron que se llevara a cabo.
“Queremos que cierren los centros de detenciones, pero si eso no es posible ahora, queremos que nos den permiso de atender a los menores detenidos; ya han muerto siete niños bajo custodia de autoridades fronterizas, tres de ellos por influenza, y esto pudo fácilmente prevenirse”, dijo la doctora Sheryl Recinos, quien llegó a la frontera acompañada de sus hijos.
Bajo el lema de “la influenza se esparce más rápidamente en las jaulas”, los profesionales de la salud marcharon por varias calles exigiendo que se cumpla el derecho a la salud y la vida de los detenidos.
“Todos aquí somos voluntarios que queremos ver pro la salud de esos niños sin que nuestro trabajo le cueste un centavo al gobierno”, declaró la doctora Recinos.
En el grupo de médicos que intentó realizar la jornada de vacunación y asistencia médica, se encuentran dos centroamericanos que llegaron a Estados Unidos hace años y hoy se identifican con los menores en los centros de detenciones.
“No tengo más remedio que verme en esos niños detenidos; sé lo que se siente”, explicó el doctor Sirac Cardoza, proveniente de Nicaragua.
Pese a que los doctores intentaron contactar al personal del interior del centro, nadie dio respuesta a su solicitud, las puertas de las instalaciones permanecieron cerradas.
Ante la negativa, fueron colocados sobre una mesa los materiales médicos y las jeringas, de igual forma dentro de un contenedor especial con temperatura controlada se ubicaron las vacunas que querían aplicar a los menores.
“Queremos que se les acaben las excusas para esas muertes crueles que son perfectamente prevenibles. Estamos aquí como voluntarios médicos profesionales, con licencia profesional del estado de California, que traemos las vacunas contra la influenza y lo que se necesita para ofrecerlo sin costo. Solo necesitamos que los abran y nos dejen entrar”, dijo la pediatra de Boston, Bonnie Arzuega
Como la patrulla ignoró el ofrecimiento, los médicos colocaron a la entrada principal del centro de detenciones una manta en la que escribieron: “No más muertes por influenza”.