Connecticut – Estados Unidos.- Al menos siete personas perdieron la vida y otras siete resultaron heridas, luego de que un avión bombardero de la Segunda Guerra Mundial se estrellase en el aeropuerto de Connecticut, durante un aterrizaje de emergencia.
La aeronave, un B-17 Flying Fortress, propiedad de Collings Foundation, era utilizada para exhibiciones al público. Al momento del accidente iban a bordo 13 personas, entre ellas tres miembros de la tribulación.
“Los heridos han sido trasladados al Hospital de Harford y los médicos han asegurado que tres personas se encuentran en estado crítico”, anunciaron las autoridades. Entre los heridos se encuentra una persona que estaba en la zona de mantenimiento del aeródromo, contra la que chocó el bombardero.
El accidente se registró a tan solo 5 minutos del despegue de la aeronave, que había salido del aeropuerto Bradley Internacional, donde se encontraba aparcada desde comienzos de esta semana, con motivo de la “Wings Freedom Tour” que patrocina la fundación Collings.
Sobre el trágico accidente, la organización sin fines de lucro, propietaria de la aeronave siniestrada, se ha limitó a decir que cooperarán con todas las investigaciones pertinentes.
Las autoridades de Estados Unidos confirmaron que el B-17 estaba certificado para realizar vuelos civiles. Es válido destacar que ese modelo de Boeing voló en 1935 por primera vez, siendo utilizado por tropas estadounidenses en Alemania y Europa Occidental, actualmente aún existen 18 aviones de ese tipo certificados en EEUU.
Las conclusiones de la investigación, que se le realiza a la aeronave tras el accidente que dejó 7 muertos, podrían repercutir en otros aviones similares que operan comercialmente en EE UU.
El aeropuerto Bradley Internacional se vio obligado a cerrar el tráfico temporalmente, la pista afectada permaneció clausurada y se efectuaron varias cancelaciones. La terminal aérea fue reabierta luego de varias horas, aunque se aconseja a los pasajeros consultar con sus aerolíneas para confirmar los vuelos.