La compañía de sandalias Crocs anunció, que durante el segundo trimestre cerró su fábrica en México y que seguía adelante con “sus planes para cerrar su última fábrica, que está ubicada en Italia”.
La empresa estadounidense explicó que esta decisión la tomó “para simplificar el negocio y mejorar la rentabilidad”.
Cuando se conoció esta noticia, seguidores de la marca empezaron a preguntar si esta decisión significaba también un cese de operaciones y ventas.
Aunque a algunos les parece que las sandalias Crocs son poco estéticas, muchos consideran que son parte de su identidad.
La compañía ha tratado de disipar los temores. Primero, publicó en su página web un aviso que dice: “No vamos a salirnos del negocio”.
Asimismo, a uno de sus seguidores más preocupados le respondió: “FALSA ALARMA: No nos vamos a ningún lado”.
De otro lado, en un portal especializado en el negocio del calzado aclaró que está cerrando la última de sus tiendas “propias”.
Además, le envió una nota a CNBC en la que comenta que esta decisión se toma para atender la creciente demanda de sus productos: “Simplemente estamos cambiando la producción a terceros para incrementar nuestra capacidad de manufactura”.
Al respecto, Sam Poser, analista de la firma Susquehanna Financial LLLP, dijo que esta decisión en realidad es una buena noticia para la compañía.
“Cerca del 60 % de los productos de Crocs son fabricados por dos fábricas en China y Vietnam (…) Ya nadie tiene fábricas propias. Realmente esto es algo bueno para Crocs”, dijo Poser al portal FootwearNews.