Este extraordinario episodio político comenzó el 9 de mayo, cuando cinco congresistas (Jeff Denham, Carlos Curbelo, Will Hurd, David Valadao y Mario Diaz-Balart) presentaron una petición para forzar a Ryan a convocar una sesión en la que se votaran tres proyectos de reforma migratoria.
El de más apoyo sería aprobado
El que más apoyos recibiera, sería aprobado por la Cámara de Representantes, según un sistema raramente usado que se conoce como “reina de la colina”.
Ryan no quería porque consideraba que ese proyecto de ley moriría, o bien en el Senado (que en marzo sometió tres medidas a voto y las tres fracasaron), o bien en la mesa del presidente, Donald Trump, que lo vetaría.
Ryan trató de convencer así a los congresistas de que no se sumaran a la petición, porque, si rebasaba los 218 apoyos, sería automáticamente aprobada. Pero, pese a sus presiones, cuenta ya con 196 firmas: sólo faltan cinco republicanos y 17 demócratas para superar el límite que obliga a votar las propuestas migratorias.
Someter a votación
La idea inicial era someter a votación estos tres proyectos, de forma que, automáticamente, se aprobara el que más respaldos recibiera.
- El proyecto de ley bautizado como Securing America’s Future Act, es el único respaldado por la Casa Blanca. Acabaría con la lotería de diversidad (que reparte 50.000 visados al año), y recortaría los visados de reunificación familiar (sólo para cónyuges e hijos menores; los padres tendrían un permiso temporal renovable).
Además, aumentaría el número de green cards para trabajadores de alta cualificación (pasarían de 120.000 a 175.000 al año); financiaría la construcción del muro fronterizo y otras medidas de seguridad; permitiría al Departamento de Justicia retener fondos federales a ciudades santuario; endurecería las penas para los inmigrantes con antecedentes que volvieran al país; convertiría en delito quedarse más tiempo del permitido en el visado; y agilizaría la devolución de menores no acompañados detenidos en la frontera.
Los soñadores, es decir, aquellos jóvenes traídos al país ilegalmente por sus padres cuando eran menores de edad, y que hasta ahora se beneficiaban del programa DACA, obtendrían un permiso de tres años renovable para trabajar, que no les abriría el camino hacia la ciudadanía.
- El Dream Act no cuenta con el apoyo de la Casa Blanca, pero tiene el voto de 202 congresistas (196 demócratas y seis republicanos). Este proyecto de ley abre el camino a la ciudadanía a los soñadores que llegaran al país con menos de 18 años y lleven al menos cuatro años aquí, entre otros requisitos.
No incluye ninguna otra disposición: no es una reforma migratoria a gran escala, como la que impulsa la Casa Blanca, sino un mecanismo para salvar a los soñadores de la deportación.
- El tercer proyecto es similar: se llama USA Act, cuenta con el apoyo de 59 congresistas (30 demócratas y 29 republicanos) pero no de la Casa Blanca, y abre una ruta hacia la ciudadanía para los soñadores. Pero, en este caso, prevé a cambio un refuerzo de las medidas de seguridad en la frontera. No contempla en cualquier caso una reforma integral de las leyes de inmigración.
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Además, se votaría un cuarto proyecto migratorio decidido por Ryan.
Para frenar esta votación, Ryan está negociando un acuerdo que permita votar en unos días dos proyectos de ley: uno similar al primero, que reforme por completo las leyes de inmigración y goce del respaldo de la Casa Blanca, y otro similar al tercero, pensando para evitar la deportación de los soñadores pero con medidas añadidas de seguridad en la frontera. Existe además la posibilidad de añadir un tercer proyecto, según reporta la agencia de noticias The Associated Press, puesto que la negociación aún no está concluida.
De cara a esta votación, el sector más conservador del Partido Republicano hizo una demostración de fuerza este viernes, hundiendo una ley que endurecía los requisitos para obtener food stamps. El conocido como Freedom Caucus se unió a los demócratas en contra de la medida. “No era mi objetivo principal”, dijo el republicano Jim Jordan, “mi objetivo principal es asegurarme de que acertamos con la política migratoria” y “construimos el muro”.