El Querétaro sostiene su sueño de jugar el Mundial de Clubes después de avanzar a las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf, a costa del DC United, en una serie en la que fue superior en todo momento y que acabó 3-1 a su favor en el marcador global. Empate de 1-1 en el RFK Stadium anoche que le sirvió para sostener la ventaja de dos tantos obtenida en la ida.
Gallos encontró rápido la tranquilidad en el encuentro gracias a la inspiración de Antonio Naelson, quien volvió a ser uno de los elementos más lúcidos en el terreno de juego. Apenas en el minuto cuatro, el mediocampista decidió tirarse a la banda derecha y desde ahí mandó un centro que le alcanzó a bajar Édgar Benítez a Ángel Sepúlveda para que fusilara al cancerbero del United.
Con la ventaja en el marcador, el técnico Víctor Manuel Vucetich, inigualable al momento de presentar una estrategia para mantener a su equipo arriba, organizó bien a su cuadro a lo largo del terreno de juego para no sufrir algún gol que le diera vida al once estadunidense. Fue transitar el balón con inteligencia y replegar con orden el resto del partido, sin correr los riesgos de buscar un tanto más que desequilibrara su parado.
De esa manera, los locales cayeron de a poco en una desesperación que los llevó a la desorganización total. Inermes e incapaces de generar opciones de gol bien tejidas, se refugiaron en pelotazos y en el esfuerzo individual hasta que se esfumara el tiempo. Y cuando pudieron entrar al partido apareció el portero Tiago Volpi para darle luz a Gallos.
Gracias a una explosión de ingenio de Fabián Espíndola, el cuadro que dirige Ben Olsen pudo generar peligro en la parte complementaria, aunque se topó con la figura de Volpi en una acción en la que taladró por el centro del área la defensa queretana. En la siguiente acción de peligro, en el minuto 56, el cancerbero brasileño detuvo un penal a Chris Rolfe que le había regalado el árbitro John Pitti por una falta inexistente sobre Patrick Nyarko.
La única forma que encontró el DC United para marcar fue vía una acción individual en la que Julian Buescher se animó a pegarle desde fuera del área ya en el minuto 84. Gol estéril porque los Gallos ya tenían su pase en el bolsillo.
