miércoles, julio 2, 2025

Estudia en universidad que limpió su abuelo migrante

California-Estados Unidos.- José Prado dejó los campos de su natal Michoacán en la década de 1950 y se vino a Estados Unidos. Era un veinteañero cargado de sueños que cruzó la frontera como un ‘bracero’, como les decían a los agricultores mexicanos que emigraban legalmente gracias a un contrato laboral.

Un tiempo cultivó en el norte de California, pero terminó renunciando por las duras condiciones y los bajos salarios. Buscando una mejor oportunidad se mudó a San Francisco, donde consiguió empleo lavando platos en un restaurante y limpiando los laboratorios de la Universidad de Stanford.

Su nieto, Daniel José Martínez, cuenta la anécdota con un sentimiento de satisfacción, porque ahora él hace experimentos en los mismos laboratorios que aseó su abuelo materno. Setenta años después, este joven es fruto del esfuerzo de ese migrante que se rompió la espalda por su familia.

“Me siento muy orgulloso y tengo que decir que mucho de lo que he logrado es gracias a mis padres y a mi abuelo, quien fue el primero de mi familia que vino a Estados Unidos. Si no fuera por él tal vez yo habría crecido en Aguililla (Michoacán) sin tantos recursos”, señala Univisión.

Daniel José, de 22 años, es el segundo miembro de su familia en asistir a la universidad. Su hermano mayor estudió en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y él tomó clases en la prestigiosa Universidad de Princeton de Nueva Jersey, en la cual obtuvo un título en microbiología.

Interesado en las ciencias, decidió regresar estudiar un doctorado en la Escuela de Medicina de Stanford, a la cual siempre quiso asistir. “La curiosidad científica es mi motivación”, explica el joven.

Su abuelo apenas estudió unos años de primaria y los padres de Daniel José llegaron hasta la escuela secundaria. Su madre nació en California y, por los vaivenes de su padre, pasó su infancia en Michoacán. Ella, la más pequeña de 12 hermanos, ha sido ama de casa y ahora trabaja como cajera en una tienda. Su padre, quien también es de origen michoacano, fue albañil y actualmente es empleado de una productora de azúcar en Florida. A ese estado se mudaron hace unos años.

El abuelo José Prado ahora tiene 94 años, vive en Michoacán y solo viene a California a citas médicas.

“Le contamos cuando decidí estudiar en Stanford y me dijo que estaba muy orgulloso. Me dijo que jamás conoció a un científico en México y que estaba muy contento de que el primero que conoce es su nieto”, dice emocionado Daniel José.

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