Londres – Inglaterra.- Un borrador de acuerdo final sobre el “Brexit” será presentado, ante el Parlamento británico, el venidero 03 de junio. Ese día, la primera ministra, Theresa May, intentará acumular los apoyos que le permitan convertir en ley el proyecto de Retirada de la Unión Europea, un manuscrito que dotará de marco legal a la separación entre Reino Unido y el bloque comunitario.
Hasta la fecha, la Cámara de los Comunes ha considerado y rechazado el texto en unas tres oportunidades. La principal traba la ha representado el “backstop” irlandés, un mecanismo que busca evitar la instauración de una frontera dura entre Irlanda del Norte (territorio que forma parte de Gran Bretaña) e Irlanda, una República independiente que está dentro de la Unión Europea.
La también llamada “salvaguarda” irlandesa entraría en vigor en diciembre de 2020, sólo si Londres y Bruselas no alcanzan un acuerdo comercial que sustituya al mercado común actual. Con ella se garantizaría que los ciudadanos y los bienes de Irlanda del Norte e Irlanda puedan moverse, de una nación a otra, sin restricciones fronterizas o aduanales.
La atemporalidad con la que se aplicaría el “backstop” no es del agrado de algunos legisladores conservadores ni de sus aliados norirlandeses ultraconservadores. Ellos piden que se le ponga fecha tope a la aplicación del mecanismo, pero, sobre todo, que se haga los necesario para evitar que los productos europeos continúen recibiendo un trato preferencial en Reino Unido, luego de que se concrete el divorcio con la Unión Europea.
Es ese escenario el que ha obligado a la primera ministra May a negociar con Jeremy Corbyn, el líder del Partido Laborista. Aunque se encuentran en antípodas ideológicas, la alianza entre la Jefe de Gobierno y Corbyn podría ser la única tabla de salvación para un proyecto de Retirada que el Ejecutivo británico quiere ver aprobado antes del receso legislativo que comienza en el mes de julio.
