viernes, mayo 3, 2024

Millones de familias en riesgo por cierre del gobierno

El Senado de Estados Unidos rechazó en la madrugada de viernes un acuerdo para evitar un cierre del gobierno federal, votando en contra de una medida que hubiera financiado los servicios públicos por varias semanas mientras el Congreso sigue negociando el presupuesto anual del gobierno. El presidente, Donald Trump, ironizó este sábado que este fue el «regalo» de los demócratas con motivo de su primer aniversario al frente del Gobierno.

El fracaso de la medida implica que el gobierno federal se quedará sin fondos para funcionar a partir de la medianoche, por lo que quedarán suspendidos los servicios no esenciales hasta que se llegue a un acuerdo de financiamiento federal.

Con 48 votos en contra de avanzar el proyecto, los senadores rechazaron el viernes una medida que hubiera financiado el gobierno hasta mediados de febrero y que no incluía la solución permanente para los dreamers exigida por los demócratas durante las negociaciones.

El Senado necesitaba una mayoría de 60 votos a favor para que saliera adelante, sin embargo sólo logró 50. Cuatro republicanos votaron en contra de la medida: Jeff Flake (Arizona), Lindsey Graham(Carolina del Sur), Mike Lee (Utah) y Rand Paul (Kentucky).

Acusó a los demócratas

Aunque el mandatario mantuvo silencio tras el fracaso en la votación, a primera hora de este sábado acusó a los demócratas de «estar más preocupados por los inmigrantes ilegales que por la seguridad de nuestros grandiosos militares y la seguridad de nuestra peligrosa frontera».

«Este es el primer aniversario de mi presidencia y los demócratas querían darme un regalo agradable», ironizó el mandatario en un mensaje de Twitter, en el que los responsabiliza del cierre del Gobierno.

En una serie de mensajes, hizo un llamamiento para que los republicanos obtengan más representación en la Cámara Alta en las elecciones de medio mandato que se celebrarán este año, para poder legislar en mayoría.

Negociaciones contrarreloj

La Cámara de Representantes aprobó el jueves en la noche una medida que hubiera financiado el gobierno hasta el 16 de febrero, la cuarta de esa naturaleza que había sido propuesta desde que comenzó el año fiscal el pasado octubre, pero necesitaba el visto bueno del Senado antes de ser enviada a la Casa Blanca para la firma del presidente.

Éste aseguró en su cuenta de Twitter que estaban «haciendo avances» en referencia a que una extensión presupuestaria de cuatro semanas «sería lo mejor».

Sin embargo, horas después el mandatario cambió el tono en otro mensaje antes de la votación en el que sugirió que esperaba el cierre.

«No pinta bien para nuestros excelentes militares o seguridad en la muy peligrosa frontera sur. Los demócratas quieren un cierre para ayudar a disminuir el gran éxito de los recortes de impuestos y lo que están haciendo para nuestra economía en auge», tuiteó el mandatario, que no hizo ningún cometario inmediato tras el resultado.

El fracaso de las negociaciones llega justo en la víspera del primer aniversario de Trump en la presidencia.

El mandatario había cancelado el viernes un viaje a Florida que tenía pautado para celebrar el aniversario en su resort Mar-a-Lago, decidiendo quedarse en la Casa Blanca para negociar con el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.

¿Qué pasa durante un cierre?

El gobierno comenzará su cierre en la madrugada del sábado, aunque la mayoría de sus servicios esenciales seguirán en vigor. Los militares activos seguirán trabajando (aunque no se les pagará hasta que termine el cierre); el correo seguirá funcionando; y las agencias de seguridad no se verán afectadas ante un cierre limitado.

La última vez que Estados Unidos tuvo un cierre de gobierno fue en 2013, cuando ambos partidos no llegaron a un acuerdo de financiamiento ante demandas de los republicanos de que cualquier medida atrasara el lanzamiento de la ley de salud del presidente Barack Obama.

El proceso en este 2018 se estancó ante la demanda de los demócratas de que cualquier medida de financiamiento temporal incluyera la protección para los dreamers.

Cada agencia federal tiene su propio plan de contingencia para lo que llaman un «lapso en financiamiento», por lo que se espera una reacción coordinada ante el posible cierre de gobierno. Algunas agencias podrán seguir funcionando si tienen fondos aprobados que no expiran a medianoche o si no son sujetos a las reglas de apropiaciones.

Durante el último cierre gubernamental, por ejemplo, los controladores de tránsito aéreo, los funcionarios de la Administración de Seguridad del Transporte y los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza siguieron trabajando para no interrumpir el tráfico aéreo.

Se estima que el cierre suspenderá las operaciones de cerca de 800,000 trabajadores federales, una cifra parecida a la que se vio en 2013.

Mick Mulvaney, director de la Oficina de Manejo de Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca, dijo en una improvisada conferencia de prensa este viernes que el gobierno de Trump administraría un cierre de manera diferente a como lo hizo Obama.

«No vamos a convertirlo en un arma. No vamos a intentar herir a la gente, especialmente a las personas que trabajan para el gobierno federal», dijo a los periodistas, aunque salvo mantener los parques nacionales abiertos, no quedó del todo claro qué haría este gobierno efectivamente diferente.

Se espera que el Departamento de Educación, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y otras agencias que no son esenciales suspendan sus operaciones.

«Perdedores obstruccionistas»

La oposición demócrata bloqueó el acuerdo presupuestal al no incluirse una solución para los casi 700,000 inmigrantes beneficiados por el programa de inmigración por acción diferida para los niños llegados en la infancia (DACA), impulsado en 2012 por el gobierno del entonces presidente Barack Obama, y que Trump anunció a finales del año pasado que terminaría en marzo.

Tras el fracaso, el líder de la mayoría republicana en el Senado acusó a los demócratas de «priorizar la inmigración ilegal a mantener el gobierno abierto» y de no tomar en cuenta propuestas que aceptaron los republicanos, como una extensión para finaciar durante seis años más el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP) que expiró el 30 de septiembre, pero los demócratas se mantuvieron firmes frente a una medida para los dreamers.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, acusó a los demócratas de tomar como «rehenes» a los estadounidenses.

«No vamos a negociar el estatus de inmigrantes ilegales mientras los demócratas, con sus demandas irresponsables, toman como rehenes a ciudadanos que siguen las leyes», indicó en un comunicado.

«Esta es una actitud de perdedores obstruccionistas, no de legisladores«, añadió.

La líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó su deseo para que, tras el fracaso, «ahora podamos llevar a cabo negociaciones bipartidistas donde encontremos nuestro terreno común para honrar nuestra responsabilidad de satisfacer las necesidades del pueblo estadounidense».

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