Un juez federal bloqueó por al menos 10 días una ley estatal firmada por el gobernador de Mississippi,Phil Bryant, que restringe el acceso al aborto al prohibir que las mujeres se sometan o los médicos realicen el procedimiento después de la semana 15 de gestación, aún en situaciones extremas, como cuando el embarazo es producto de una violación o un incesto.
El texto ha sido considerado por organizaciones como «inconstitucional» y como el que más resticciones plantea a los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos en Estados Unidos.
La decisión de este martes, tomada por el juez de distrito Carlton Reeves, parte de una demanda presentada por la única clínica de abortos que queda en el estado, la Jackson Women’s Health Organization. El centro opera desde 1996 y realiza el procedimiento dos o tres veces por semana a mujeres hasta con 16 semanas de embarazo, refiere el documento de la demanda, que representa un desafío directo al gobernador del estado y detiene –al menos por ahora– la aplicación de la ley recién decretada que fue vista por los defensores del aborto seguro como un intento de Mississippi por sentar un peligroso precedente en el país.
Reclaman revisión a decisión
En el texto de nueve páginas presentado a la corte, la directora médica de este centro, Sacheen Carr-Ellis, reclama una reversión de la decisión del gobernador en su nombre y en el de sus pacientes. Aseguró a la agencia AP que la firma del gobernador retrasó un aborto que estaba previsto para este martes por la tarde en una mujer con 15 semanas de embarazo. Pero la decisión de Reeves permitió que finalmente se completara el procedimiento.
En la sala, el asistente del fiscal general Paul Barnes repitió el argumento del gobernador: dijo que el estado de Mississippi tiene el interés de proteger la salud de la madre, pero también del «niño sin nacer».
Como era de esperarse, el gobernador criticó la decisión y la catalogó como «decepcionante». Insistió en que la ley está diseñada para «hacer de Estados Unidos el lugar más seguro de Estados Unidos para el niño no nacido». A pesar de las pretensiones del republicano, expertos en Salud Pública aseguran que al restringir el acceso al aborto no se salvan más vidas sino que, por el contrario, fallecen más mujeres intentando practicarse el procedimiento utilizando métodos rudimentarios que las llevan a la muerte.
El Centro para los Derechos Reproductivos, que suscribe la demanda, asegura que la «Ley de Edad Gestacional» o HB 1510, como es llamada, viola una decisión histórica de la Corte Suprema en 1973 que legalizó el procedimiento en todo el país y que fue reafirmada en 2016 a partir de otra demanda en Texas. El máximo tribunal sentenció entonces que ningún estado puede prohibir el aborto.
ACLU celebra
Organizaciones como la Unión de Libertades Civiles (ACLU) celebraron la decisión y llamaron a «resistir» en esta lucha contra los detractores de los derechos reproductivos de las mujeres.
Entre los argumentos de la demanda presentada el mismo lunes, las organizaciones y la clínica de Mississippi aseguran que ya las leyes estatales imponen retrasos a las mujeres que quieren practicarse un aborto y las obliga a tener dos visitas separadas antes: una de ellas es para recibir el consejo obligatorio del estado para que desista del procedimiento. Tras esperar al menos 24 horas de ese encuentro, la mujer puede volver a la segunda visita para abortar. Y como la única clínica que hace abortos en Mississippi no los practica a diario, se retrasa aún más el deseo de la mujer.
La ley firmada por el gobernador establece además pocas excepciones para abortar, como que la vida de la madre y el funcionamiento de sus órganos esté en juego. La clínica justifica que las razones por las que una mujer se somete a este procedimiento también incluyen relaciones tormentosas, problemas financieros o familiares, que pueden incluir violaciones e incluso incestos.
En la demanda, aseguran que el aborto es seguro en Estados Unidos y que la tasa de complicaciones asociadas es similar o menor a la de otros procedimientos.
