Kigali – Ruanda.- Aunque fue declarada en agosto de 2018, la epidemia de ébola que afecta a la República Democrática del Congo continúa su avance. Hasta la fecha, el país ha reportado mil 800 muertes y dos mil 700 contagios. Los tres casos más recientes se han registrado en Goma, una ciudad que pertenece a la región de Kivu y que se ubica al norte del territorio congolés, muy cerca de la frontera con Ruanda.
El primero de esos tres contagios fue el de un pastor evangélico. El hombre, diagnosticado a mediados de julio, llegó a Goma, después de haber contraído la enfermedad. Su muerte se produjo cuando era trasladado a un centro asistencial. A ese deceso se suma el de otro adulto. El sujeto viajó desde la zona minera de Ituri y falleció durante este miércoles. La lista de casos la completa una menor, hija del segundo infectado, a quien se le detectó el virus este mismo jueves.
Justo después de la segunda muerte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el virus podría esparcirse hasta más allá de los límites del Congo. La alerta ha activado alarmas en la vecina Ruanda. Allí, las autoridades decidieron cortar el tránsito, a través de los dos pasos fronterizos que, diariamente, son atravesados por más de 57 mil personas.
Entretanto, la Organización de Naciones Unidas (ONU) hizo público un comunicado en el que explica que “este brote (de ébola) está ocurriendo en una zona de conflicto activa, que hace que una respuesta efectiva sea mucho más complicada”. De acuerdo con la ONU, la presencia de facciones armadas genera un estado de inseguridad, “que incluye ataques (…) contra trabajadores y las instalaciones de salud”.
Por esas razones, el organismo multilateral ha pedido “a todas las partes en conflicto (…) que garanticen que los trabajadores sanitarios puedan hacer su labor de manera segura”. Naciones Unidas también abogó por los enfermos y solicitó, a quienes combaten, hacer posible que “aquellos que buscan atención puedan acceder a ella, sin temor a los ataques”.
