Wesley Chapel, NC.- Francisco Espinosa nació en Chile, un país que está localizado en costa occidental del Cono Sur en Sudamérica. Salió de su país natal a los 23 años, en el año 1987 luego de graduarse como Ingeniero Industrial llegó con una tarjeta de residente a Nueva York, donde se juntó con su padre y hermana, quienes inmigraron a USA.
Apostó a la construcción
Este chileno comentó en exclusiva para Progreso Hispano News, que pudo trabajar en algo relacionado a su profesión, pero por su poco conocimiento del idioma inglés, fue relegado. Entonces decidió apostar por el trabajo en la construcción creando una empresa llamada Cutting Edge.
Luego de los atentados del 911 en la ‘Gran Manzana’, Espinosa decidió que era hora de buscar un lugar seguro para él y su familia, puso su ojos en Carolina de Norte, donde planeaba construir un taller de carpintería.
Él compró una propiedad en Wesley Chapel, donde funcionaba una mecánica, donde su patio posterior se convirtió en un botadero de piezas de automóviles. Se puso en contacto con el Centro de Reciclaje de Metales en la ciudad de Monroe y después de consultar con el vertedero de la misma ciudad, acordaron remover los desperdicios.
Acero y llantas eliminadas
Él no solo eliminó más de 1,000 llantas de la propiedad, sino que también eliminó casi 70,000 libras de acero oxidado y otras 6,000 libras de plástico. Los inspectores de la ciudad le comentaron que cinco negocios diferentes habían estado en operación en ese lugar en los últimos 50 años, entre ellos una estación de gasolina.
Tuvo que pagar por el servicio de agua potable para que llegara a su terreno, más pasaron dos años y medio hasta que llegó el líquido vital, una extensión del servicio que ayuda en la actualidad a seis vecinos: dos en Weddington, dos en el condado de Union y dos en Wesley Chapel, incluida la Iglesia Central Baptist, que está al otro lado de la calle.
Nena’s Market
Otro sueño se hizo realidad, construir una estación de servicio y un mini mercado llamado “Nena’s Market”, en honor a su madre fallecida llamada Nena, quien guió a Francisco en su etapa formativa inculcando grandes valores, pues comentó ‘Soy quien soy por mi madre’.
Se enorgullece de tener una colección de marcas de automóviles antiguos, en un cuadro que luce en su nuevo local, además comentó que todos los muebles de madera los fabricó él mismo, además se siente como un obrero más en la construcción de este negocio que muy pronto entrará en servicio.
Cabe destacar que Francisco, siempre tuvo el apoyo de su esposa, Elizabeth, su hija Stephanie, quien ayudó a su padre en el duro trabajo de la limpieza del terreno y que decir del pequeño James. Una familia de inmigrantes que han sabido trabajar en equipo, logrando salir adelante a pesar de las dificultades que han encontrado en el camino.
Por: Gustavo Cruz/
