Atlanta, GA.- El migrante venezolano, Joaquín Mujica que cree en el trabajo como un servicio para ayudar a los demás, y que con su música y su título de ingeniería quiere ser un buen representante del gentilicio de Venezuela, luego de migrar a Argentina, Chile y Estados Unidos donde ha vivido los últimos 4 años.
Mujica nació en la «Ciudad musical» de Venezuela, Barquisimeto, y desde los 12 años ya se iniciaba en la música con el cuatro. A esto recordó, «Mi papá comenzó a enseñarme,
luego me inscribió en clases, siento que me dejó la música como legado».
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De este instrumento pasó a la complejidad de la guitarra, con la que lleva más de 20 años de experiencia sin interrupciones. También llegó a ser parte de varias agrupaciones musicales, y a pesar de sus mudanzas nunca se ha separado de la música ni su guitarra.
Migrante venezolano, Joaquín Mujica llevó su música y guitarra en su migración
La combinación de Mujica lo lleva a deambular entre el arte y el método. Lo racional y lo artístico. Pues es una mezcla que le ha permitido desempeñarse en distintas áreas como pez en el agua.
Así lo explicó el migrante venezolano, «No estoy totalmente inclinado a la ingeniería, tampoco al arte. Mezclo ambas: emociones con métodos y, aunque en ocasiones, me pueda generar contradicción, ha sido la mezcla perfecta para crear mi vida».
Joaquín Mujica decide migrar de Venezuela e inicia su transformación profesional
El ingeniero y músico buscando la estabilidad y el bienestar entró al mundo de los bienes y raíces. El ahora realtor en Georgia y Florida destacó, «Comencé a asesorarme para comprar mi casa. Busqué aquí y allá, mientras más conocía de este mundo, más me gustaba, veía potencial para apoyar a la gente en hacer realidad su sueño más anhelado: adquirir su hogar».
Adaptarse al cambio ha sido vital, a través de la resiliencia
Para Joaquín, el concepto de resiliencia ha sido experimentado a través de esta
experiencia llamada Migración. Término que indudablemente implica adaptación a cambio y una actitud positiva frente a los momentos más adversos de su vida.
No se vale solo soñar
Ahora, Joaquín, es papá desde hace pocos meses, Sabrina es dueña de su corazón, de su legado. Hizo equipo con su compañera de vida, Laidelyn con quien ya lleva 11 años de matrimonio. Su hija nació en Estados Unidos, lo logró. «Siempre tuve claro que así lo quería, este año pasó».
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A Joaquín le ha funcionado soñar sin límites, formarse y tomar acción hacia un objetivo claro, que hoy tiene más sentido: ayudar a familias a obtener un hogar, tal como él lo logró. «No es difícil, lo que necesitas es querer hacerlo, abrir tu mente y asesorarte con la persona correcta». Finalmente dijo, «Un hogar es el paraíso en la Tierra».
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