miércoles, febrero 12, 2025

Cacería a inmigrantes

El segundo mandato, interrumpido, del sentenciado presidente Donald Trump, no está en discusión su legitimidad presidencial, porque la mayoría del pueblo estadounidense así lo quizo y eso hay que respetar. Lo que está en desacuerdo, en gran parte de su misma mayoría que votó por él, es que con las ganas de gobernar nuevamente, no se puede violar la Constitución de los EE.UU., ni mucho menos violar los derechos humanos.

Otra de las pesadillas del señor Trump, fue la de quitarle la ciudadanía americana a niños que nacieron en los EE.UU.,de padres indocumentados, y esto es inconstitucional, de acuerdo a la Enmienda 14 de la Constitución, que expresa: “toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción, será ciudadana de los Estados Unidos y del estado en que reside.

Agrega, además: “Ningún estado aprobará o hará cumplir ninguna ley que restrinja los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; ni ningún estado privará a persona alguna de su vida, de su libertad o de su propiedad, sin el debido procedimiento de ley; ni se podrá tomar propiedad privada para uso público, sin justa compensación”.

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Los resultados actuales de gestión presidencial, no únicamente merecen aplicar una tabla de restar o multiplicar, ante los antojos o los deseos del presidente Trump, sino de evaluar la legalidad de cualquier decreto ejecutivo presidencial que sale de la Casa Blanca, como así lo justificó ya la jueza federal AliKhan, para que en lo sucesivo no se pretenda quitar los derechos ciudadanos de una persona que no está obligada a responder por delito capital o infamante, sino en virtud de denuncia o acusación por un gran jurado, como así lo dice, también, entre otras líneas la Enmienda V.

En estos primeros días de gobernabilidad, como la “época de Trump,” la sociedad estadounidense ha hecho un sondeo de su gestión, pero con puntuaciones de aceptación muy bajas, que son en base de las promesas de su campaña, haciendo ciertas excepciones de sus decretos ejecutivos, como la de acabar con aquellos que han violado la ley y que tienen récord criminal o se han refugiado en este país, en la que estamos en total acuerdo, pero eso en estos momentos no es materia de discusión.

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Sin embargo, una cosa es hacer respetar las leyes en esta nación, pero otra es pescar a río revuelto, en donde caen personas con familias inocentes y trabajadoras, en donde solo por el hecho doloroso de estar indocumentado se lo califique como delito criminal.

Ser indocumentado, no es delito, porque sino cómo se explica que el mismo presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, es un convicto de la justicia y que a su tierna edad pisó tierra americana como indocumentado.

¡Explicarlo a los estadounidenses e inmigrantes hispanos, sería muy honesto por parte del sentenciado y convicto presidente Trump. Merece y justifica hacer un balance administrativo presidencial, que deja a entender al presidente Trump, que por su defensa en los 34 juicios, que finalmente fue sentenciado y, que siempre alegó ser una “cacería de brujas” de sus contrarios políticos, fiscales y jueces.

Ahora, la cacería de brujas que él la ha implementado es en retaliación contra los indocumentados desde su poder, a diferencia de que aquí las víctimas, en su mayoría, son inocentes de familias pobres y muchas con hijos nacidos en territorio estadounidense, que hoy son todos ciudadanos americanos, para que nadie les pueda quitar ese derecho constitucional, mucho menos con un descabellado decreto ejecutivo. Por dónde existe la razón o la ley suprema, que desconozca también a los hispanos como inmigrantes indocumentados, que antes eran nombrados como”ilegales”,¡cuando el mismo actual presidente convicto Trump, llegó a esta nación como persona indocumentada!.

Aunque los que no tengan permiso para vivir en este país, no son ilegales sino indocumentados pero con derechos civiles como lo dice la Constitución de los Estados Unidos de América, en su Enmienda IV. Los hispanos, como inmigrantes, hemos defendido esta nación y miles dieron sus vidas para defender este territorio y, todo lo que le concierna a este país, es también parte nuestra, porque primero somos americanos, por haber nacido en América.

De tal manera que, dentro de este continente que descubrió Cristobal Colón en 1492, tenemos la combinación con los primeros pobladores indios americanos a lo que es hoy los Estados Unidos de América, como los Navajo Nation, Cherokee, Choctaw, Lumbee Tribu de Carolina del Norte, The Muscogee Nation, Chippewa, Apache y Sioux, entre otras tribus, que por su legado histórico fueron los auténticos dueños del territorio americano, que no han desaparecido, porque existen sus descendientes; y si hablamos de hispanos, no descartemos la histórica desmembración territorial que sufrió los Estados Unidos Mexicanos, por el conflicto bélico que sostuvo con los EE.UU.(1846-1848)y que en la actualidad, la actitud inaceptable presidencial desde la Casa Blanca, no cuenta con la mayoría del pueblo estadounidense.

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