Los graves acontecimientos en decenas ciudades de los Estados Unidos, que obedece nuevamente a la brutalidad policial al ocasionar la muerte de un afroamericano en Minneapolis, por uno de los oficiales de policía y la complicidad de otros que actuaron en este condenable hecho, la fiscalía ha acusado al autor del mismo como asesinato en tercer grado. Aspiramos que tenga un juicio justo pero ejemplar y, debe ser sentenciado con sus cómplices con el máximo de la ley, porque de comprobarse los agravantes que motivaron al asesinar al hoy occiso afroamericano, por la manera que le quitaron la vida a un indefenso ciudadano, la condena debe ser mayor, toda vez que de acuerdo a la prueba visual de la cámara que grabó el vídeo que ha recorrido el mundo entero, la hoy víctima no constituía peligro para el oficial de policía y sus compañeros por el estado de indefensión al que ya había sido sometido y, que hoy nuevamente la sociedad estadounidense la condena en toda su magnitud.
Este abuso policial que contiene, con mucha seguridad, racismo y discriminación,- desafortunadamente es un hecho de asesinato repetitivo, no solo para la comunidad afroamericana sino para otras, que a lo largo de la historia de un mal comportamiento policial en los Estados Unidos, se desprende, lastimosamente, actos de racismo y discriminación, que con toda perplejidad los malos policías empañan a la institución a la que sirven, pero que no reconocen que quienes les paga su sueldo es el pueblo con una sociedad que no los excluye de color, religión o raza.
La protesta, es un derecho permitido y contemplado en la Constitución de los Estados Unidos; pero ese derecho, tiene que estar contemplado y respetado en las leyes de cada Estado de la Unión Americana. Este derecho no puede ser interpretado para causar vandalismo y sembrar el caos en las ciudades del país. Nadie puede hacer justicia por su propia mano al estilo de un canibalismo o a las costumbres del Viejo Oeste, en el que se ajustaban cuentas llevando a la horca o a morir por las pistolas al asesino de esa época.
El vandalismo y saqueos a propiedades y sitios públicos en estas ciudades afectadas, no se justifican porque no tienen sustento de racionalidad. Con estos hechos, estamos produciendo y alimentando más odio entre nosotros mismos. No existe fundamento humano para que con las iras entre seres humanos tengamos que agredir y hasta llegar asesinar a policías por el solo hecho de mantener y proteger el orden, porque en las protestas se ha comprobado que se infiltran antisociales que solo quieren mantener el caos social y por consiguiente, la inmediata actuación de la fuerza pública para controlar el orden que es lo que produce choques en los que quien pierde más son los que quieren hacerse justicia por sus propias manos y eso no lo permite la ley ni la Constitución de este país.
De estas graves consecuencias a la que tenemos que encontrar una solución inteligente, podríamos comenzar encontrando primero la radiografía de la historia que nos reivindicó nuestros derechos. Esa reivindicación de conquistas sociales no ha terminado para élites poderosas económicas de esta nación. La supremacía blanca es una de las causas nefastas que no permite avanzar para que haya una sociedad con inclusión igualitaria. Ese fenómeno que tiene un gigante escondido produce el racismo y la discriminación. No se trata de deponer actitudes sino de encontrar la forma cómo analizar la fórmula social y humana para aplicarla con un contexto de profunda civilización, en el que aumentemos lo que positivamente ya existe.
No toda la capa de una sociedad existente es negativa, NO!!, porque sí existe en la mayoría de seres humanos que mantienen una civilización con principios de vida y respeto con sus semejantes. Nos falta una voluntad con decisión racional que permita una incorporación total de seres humanos, que reconozcan que ningún ser es superior a otro a pesar de todos sus defectos, porque no existe perfección humana.
Las distintas organizaciones pro-defensa de los derechos humanos, no han cumplido a cabalidad su rol. Sin embargo, deben ser consideradas para que participen a la búsqueda de la fórmula para abolir la discriminación y el racismo que mayormente se violan en casi todos los países del mundo.
El poder político y económico no tiene que alimentar hacia una supremacía blanca, porque estas fortalezas solo permiten encontrar diferencias sociales en el que por el color, religión o raza, la separación de clases siempre permitirá el confrontamiento de seres humanos contra sí mismos. Esto no es civilización y por consiguiente no humano. Sin embargo, de esta reacción que grupos han provocado la violencia con saqueos dañando la propiedad privada y pública en varias ciudades de esta gran nación, NO LA COMPARTIMOS, porque la violencia trae solo violencia. La protesta, que es un derecho constitucional, hay que llevarla al diálogo con todos los sectores sociales y autoridades de gobiernos locales, estatales y federal, para encontrar soluciones que propendan a lograr un cambio para garantizar la paz y tranquilidad de todos los actores sociales como lo encontró Martin Luther King Jr., cuyo sueño hay que despertarlo.