Washington – Estados Unidos.- El domingo del presidente Donald Trump fue como en una montaña rusa. La mañana fue de elogios, pero al caer la noche hubo críticas y abucheos.
¿Qué pasó? El jefe de Estado, fuertemente reprochado por supuestamente quitar el apoyo a los kurdos, cuyas fuerzas son las que combaten con mayor intensidad al Estado Islámico, anunció en la mañana la muerte de Abu Bakr al Bagdadi, líder del grupo terrorista.
El deceso ocurrió al detonar un chaleco que llevaba puesto tras verse rodeado por un comando de las fuerzas estadounidenses.
La noticia fue primera planta en los medios más importantes de todo el mundo. Adversarios políticos y las redes sociales reconocieron la importante acción que dejó sin vida al peligroso líder de ISIS.
El operativo sumó un valioso punto a la imagen política de Trump, pero los elogios se acabaron en la noche cuando el presidente acudió al Nationals Park para ver el quinto juego de la Serie Mundial entre Astros de Houston y Nacionales de Washington.
El mandatario y su esposa, Melania Trump, ocuparon un palco en la parte inferior de las tribunas. Su llegada, aunque era esperada no fue anunciada. Solo unos pocos fanáticos ubicados cerca de la comitiva presidencial sabían de la presencia del magnate neoyorquino.
Con el avance del juego, Trump apareció en la pantalla del estadio y la voz del estadio anunció su presencia. La respuesta de gran parte del público fue una sonora pita.
De inmediato, los titulares de la prensa cambiaron. De reseñar la muerte del líder del Estado Islámico la nueva noticia más destacada era el abucheo a Trump en el estadio.
El video del manifiesto descontento se convirtió en tendencia en las redes sociales.
Y por si fuera poco, el presidente debió aguantar descalificaciones de su potencial rival en las elecciones de 2020, el demócrata Joe Biden, quien le llamó “idiota” en una entrevista por calificar como un “engaño” la supuesta interferencia de Rusia en los comicios de 2016.