Río de Janeiro – Brasil.- Brasil sigue siendo un país peligroso para las mujeres, incluso para las más pequeñas. Un estudio realizado por el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), ha arrojado cifras desgarradoras y alarmantes con relación a la violencia sexual.
Según el estudio, en Brasil cuatro niñas menores de 13 años son violadas cada hora. De las 66.041 violaciones registradas en 2018, una cifra récord, el 53,8% fue en contra de niñas en esa franja de edad.
Las cifras han mostrado que en la mayoría de los casos (93,2%) el violador actúa solo. También reflejan que los agresores no son personas desconocidas ni tampoco agresiones repentinas; un 75,9% de las víctimas tienen vínculos con el agresor porque, en general, se trata de parientes, compañeros, vecinos o amigos.
“El hecho de que la mayoría de las víctimas tienen menos de 13 años y que los autores son conocidos, indica el enorme desafío para hacer frente a este tipo de delito”, advierte la directora ejecutiva del FBSP, Samira Bueno.
Bueno, ha manifestado que los datos permiten ver “las caras más perversas de nuestra sociedad. Caras que evitamos mirar y pensar que aquel vecino tan simpático que habla contigo todo el día o el padre de una amiga o el primo pueden ser violadores”.
En muchos casos las víctimas que se atreven a decir lo que les ha sucedido, son cuestionadas por sus padres y familiares por falta de credibilidad, otras pequeñas prefieren por miedo, guardar silencio.
“Además del miedo, las niñas y las mujeres se enfrentan a la vergüenza y a la incapacidad para denunciar ellas solas, así como al silencio de las instituciones públicas”, expresa el informe.
A juicio del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), es urgente que la violación sexual constituya un tema central en las agendas de políticas de seguridad pública. Critican que “La violación todavía está rodeada por un profundo silencio institucional”.
Con relación a los feminicidios, el informe también es alarmante. Los casos de mujeres asesinas por ser mujer aumentaron un 4% en 2018 en comparación con el año anterior, pese a que los índices de homicidios en general cayeron más del 10%. En el 88% de los casos de feminicidio en Brasil, el asesino fue la pareja o expareja de la mujer.