El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho este miércoles que espera negociar con Estados Unidos más visas de trabajo para mexicanos y centroamericanos como parte de su nueva política de migración. El Gobierno ha anunciado este miércoles el fin de la anterior política de contención y seguridad para pasar a un nuevo paradigma que privilegia el respeto a los derechos humanos de los migrantes y el desarrollo económico en la región.
Según el nuevo gabinete, su objetivo es pasar del enfoque que ve la migración como un asunto de seguridad nacional para México, donde se involucraba a policías federal, estatales y municipales, el Ejército y a la Marina para realizar detención masiva de indocumentados, además de los agentes de migración, a otro centrado en el respeto a los derechos humanos.
“Vamos a dejar atrás las políticas de estigmatización, de discriminación y de criminalización de los migrantes para establecer una política de derechos”, ha dicho el subsecretario de Gobernación encargado de temas migratorios, Alejandro Encinas. México dice que incrementará los fondos para que la agencia de atención a los refugiados tenga más personal y pueda así agilizar el proceso de solicitud de asilo o refugio.
Según esta dependencia, el número de peticiones se ha incrementado de forma vertiginosa y se espera que este año asciendan a 28.000, un número altísimo si se compara con los 14.603 de 2017 o los 2.137 de 2014.
Los cambios son parte del plan de López Obrador para desalentar la migración ofreciendo empleos en México y Centro América para que las personas no tengan que emigrar. Actualmente Estados Unidos ofrece un número limitado de visas para trabajadores del campo.
Los comentarios del líder mexicano llegaron un día después de que la administración de Donald Trump comprometiera 4.800 millones de dólares para invertir en el sur de México y 5.800 millones para Centroamérica. “Va por buen camino esta nueva relación con el gobierno de los Estados Unidos”, dijo López Obrador. “Lejos de alentar la discriminación y levantar muros, hay que levantar fuentes de empleo y dar garantías de seguridad a las personas”, subraya el subsecretario de Gobernación encargado de temas migratorios.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, se estima que cada año México deporta a unos 150.000 centroamericanos. Un informe de la CNDH publicado a principios de 2018 detalló que 70 % de los indocumentados que entran a México son hondureños, 12 % salvadoreños, 10 % guatemaltecos y el resto de otras nacionalidades.
Desde octubre pasado, al menos 9.000 centroamericanos, principalmente de Guatemala, El Salvador y Honduras, entraron a México en varias caravanas para dirigirse a la frontera con Estados Unidos a pedir asilo, y miles de ellos están varados en la ciudad fronteriza de Tijuana.
Este miércoles, la Procuraduría de Justicia (Fiscalía) de Baja California informó que la Policía Ministerial del estado detuvo a dos hombres y una mujer como sospechosos del asesinato de dos jóvenes migrantes hondureños, ocurrido el sábado pasado en Tijuana.