Overstreet, una profesora de historia de una preparatoria en San Diego, tomó esa decisión la semana pasada, habilitó un espacio en su pequeño hogar en el barrio University Heights y cruzó la frontera para conocer de primera mano las historias de los centroamericanos ahora varados en Tijuana. Ella dice que sintió el llamado de ayudar a estas personas que han venido huyendo de la violencia y pobreza.
«Es muy obvio para mí que se trata de un problema muy serio. Mucha gente teme por sus vidas, no tienen seguridad, han visto los asesinatos de sus seres queridos, no tienen estabilidad y piden ayuda, por eso quiero ayudarlos», dijo Overstreet a Univision Noticias. «Esta es una crisis humanitaria y no puedo imaginar lo que esta gente enfrenta en sus propios países para viajar tan lejos», agregó.
Maestra conversa con centroamericanos
Al reunirse con miembros de la caravana migrante en Tijuana el viernes y el domingo, la maestra conversó con varios centroamericanos, aunque le estremeció escuchar la historia de un adolescente hondureño y de 15 años que venía solo en el grupo. Él le contó que su padre y su hermano fueron asesinados en su país y por eso decidió huir hacia el norte.
«No tiene a nadie en Estados Unidos. Solo tiene la esperanza de estar en un lugar seguro, ir a la escuela, quiere ser doctor. Es como nosotros, que tenemos un futuro; ellos quieren un futuro, pero no lo tienen allá», lamentó ella.
Desde que se difundió que Overstreet y su esposo, Matt Dunn, artista y programador de sistemas, habían ofrecido alojamiento a alguno de los 200 miembros de la caravana, ellos han recibido mensajes de todo tipo: unos sumándose a su causa, aunque otros los han criticado con dureza.
Según ella, entre 80 y 100 personas en todo el país han ofrecido sus hogares «para recibir a niños, familias, parejas o a una sola persona». Le han llamado de distintas partes del país. «Alguien me contactó desde Los Ángeles diciéndome que podía ayudar a una familia», contó ella.
Otros, en cambio, le han escrito en su cuenta de Facebook que la caravana no necesita ayuda porque «está segura en México», que mejor tienda la mano a los desamparados en EEUU o incluso la amenazan con divulgar su nombre para que reciba correo de odio.
Acceso limitado a EE.UU.
«La mayoría de los que no están de acuerdo creen en la retórica de ‘una invasión’, pero se trata de un grupo de personas que está pidiendo asilo legalmente a través del proceso que tenemos en EEUU para eso. Nadie está haciendo nada ilegal. Creo que ha habido una narrativa de la administración Trump de que se trata de gente ‘ilegal’, pero no es así», señaló.
Este lunes, el CBP reportó a través de un comunicado que había alcanzado su máxima capacidad en el puerto de entrada de San Ysidro para atender a más personas «que viajen sin la documentación de entrada apropiada para su procesamiento».
Por eso, la caravana de migrantes eligió los 50 casos más vulnerables para que entren primero al punto fronterizo que separa Tijuana y San Diego, entre estos una mujer con embarazo riesgoso, madres con hijos pequeños, niños enfermos y mujeres transgénero. Pero ni para ellos está garantizada una entrada fácil hacia Estados Unidos.
Obligados a esperar en México
No es el primer grupo de inmigrantes que es obligado a esperar en México. Hace dos años, el CBP limitó las solicitudes de asilo que recibió de miles de haitianos,estableciendo un tope en el número de trámites que procesó cada día. ¿El resultado? Ahora existe en Tijuana un asentamiento irregular de haitianos, quienes se quedaron a trabajar de lo que fuera en ese lado de la frontera.
«Esos individuos quizá necesiten esperar en México debido a que los oficiales de CBP trabajan para procesar a quienes ya están en nuestras instalaciones», menciona la agencia sobre los centroamericanos, especificando que solo se tramitarán más solicitudes cuando tengan los recursos y el espacio disponible.
La garita de San Ysidro, el cruce fronterizo más ocupado del mundo, tiene instalaciones con capacidad para alojar temporalmente a 300 personas.
La prensa ha reportado que algunos inmigrantes han sido liberados por CBP y se han reunido con sus familiares en EEUU mientras sus solicitudes de asilo están bajo revisión. Se trata de los migrantes que llegaron a Tijuana por su cuenta y cuya llegada se anticipó a la del grupo más grande. No está claro cuántos han llegado hasta ese punto.
Durante el fin de semana, los miembros de la caravana se reunieron en diferentes lugares cerca de la frontera con abogados voluntarios que escucharon sus reclamos y ofrecieron consejería.