Houston.- Como una “cacería de brujas” calificó Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), las nuevas directrices sobre deportación de indocumentados anunciadas este martes por el secretario del Departamento de Seguridad Interna (DHS), John Kelly.
“El secretario Kelly ha provocado una cacería de brujas sin precedente en contra de millones de familias inmigrantes. Estos memos de operaciones migratorias son un enfoque general de deportaciones masivas llenas de castigos, y completamente carentes de justicia e igualdad”, afirmó.
“Seamos claro sobre esto: estos lineamientos representan un proceso fuera de la ley y expédito para remover a inmigrantes indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos. Este es un enfoque cruel a todo trato humano”, sentenció Salas.
El miedo provocado por las redadas migratorias recientes solo aumentará entre la comunidad migrante, dicen los activistas.
Es algo con lo que vive Lola Vargas, una madre indocumentada con seis hijos, dos de ellos beneficiaries de DACA y cuatro más nacidos en Estados Unidos.
“Sí nos da miedo porque él (Trump) no se toca el corazón”, dijo Vargas. Aunque recalcó que tenía esperanza de un milagro.
“Yo tengo esperanza en que Dios lo ablande. Él tiene hijos y a él no le gustaría que lo separaran de ellos”, acotó.
También los activistas proinmigrantes ven con preocupación este nuevo esfuerzo.
“Estamos muy preocupados. El día de hoy se confirma al declarar la guerra directamente ante la comunidad mas necesitada, la comunidad inmigrante de Estados Unidos”, dijo Raúl Murillo, de Hermandad Mexicana de Los Ángeles. “La forma como están escritas estas órdenes, simplemente le quita al inmigrante el derecho al debido proceso diciendo que de una manera sumaria que al ser detenidos por inmigración los van a deportar en cualquier momento”.
“Esto lo que esta atrayendo es un pánico, una psicosis muy grave que esta afectando no solo a los adultos, a los trabajadores, pero a los mas necesitados que son los hijos de estos trabajadores indocumentados que son ciudadanos americanos y no se les permite vivir felizmente al lado de sus padres”, agregó Murillo.