WASHINGTON— El Senado, bajo control republicano, aprobó este viernes una medida clave para avanzar mañana hacia el voto final del juez Brett Kavanaugh para un puesto vitalicio en el Tribunal Supremo, en medio de una fuerte batalla ideológica entre conservadores y progresistas.
Con una votación de 51-49, los senadores aprobaron una medida clave que limita el debate para proceder hacia el voto final en el pleno del Senado mañana sábado.
El voto clave no garantiza que Kavanaugh logre la confirmación, aunque sí eliminó un obstáculo mayúsculo, porque el rechazo de la medida efectivamente hubiese puesto un punto final al proceso de confirmación.
La senadora republicana por Alaska, Lisa Murkowski, desafió a su bancada al votar en contra de la medida por considerar que Kavanaugh, un juez en un tribunal de apelaciones de la capital estadounidense, “no es el hombre correcto para el tribunal en este momento”.
Flake había puesto una pausa en el proceso al solicitar que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) primero investigara las acusaciones de tres mujeres contra Kavanaugh sobre asalto sexual o conducta sexual indebida en la década de 1980.
Como parte de esa investigación suplementaria, sin embargo, el FBI sólo entrevistó a nueve de diez testigos, sin interrogar a Kavanaugh, o a su principal acusadora, la doctora Christine Blasey Ford.
El informe del FBI sólo aumentó las recriminaciones entre demócratas y republicanos, y grupos afines en todo el país. Los demócratas se quejaron de que la investigación no fue “exhaustiva”, mientras que los republicanos afirmaron que ésta no aportó pruebas que corroboraran las acusaciones de Ford.
Feinstein destacó la abierta hostilidad que mostró Kavanaugh contra los demócratas en su testimonio ante el Comité Judicial del Senado la semana pasada, cuando fue interrogado sobre las acusaciones de abuso sexual.
Por su parte, Flake, cuyo nombre suena como posible candidato presidencial para 2020, ha afrontado desde la semana pasada protestas de activistas y sobrevivientes de violaciones. Sin embargo, hoy dijo que votará a favor de Kavanaugh, mientras que se mantiene el misterio sobre cómo votará el resto de los cuatro senadores indecisos.
De entre los dos senadores latinos, el republicano por Texas, Ted Cruz, votó a favor de avanzar hacia el voto final, y el demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, votó en contra, al enumerar las razones por las que la investigación del FBI fue insuficiente.
Los republicanos controlan el Senado con 51-49, y no pueden permitirse más de un solo voto en contra de Kavanaugh. El vicepresidente, Mike Pence, como presidente de la Cámara Alta, está listo para desplegarse al Capitolio para romper un empate si es necesario.
Tan urgente es el asunto para los conservadores, que el senador republicano por Montana, Steve Daines, dijo hoy que dejará la boda de su hija y regresará a Washington mañana en un avión privado si se requiere su voto a favor del juez.
Mientras, el senador demócrata de Montana, Jon Tester, afronta una dura lucha por su reelección, pero ha dicho que votará en contra de Kavanaugh, no sólo por las acusaciones de asalto sexual sino por sus dictámenes a favor de las donaciones corporativas en el proceso político.
En todo caso, una eventual confirmación de Kavanaugh previsiblemente aumentará la movilización de votantes tanto demócratas como republicanos, de cara a los comicios del próximo 6 de noviembre, que definirá el control del Congreso y, por ende, el futuro de la agenda conservadora.
La confirmación de Kavanaugh, de producirse, colgaría una medalla al presidente Donald Trump que, sin ser amigo del juez, pasaría a la historia como el que logró inclinar la balanza del Tribunal Supremo hacia la derecha, donde los jueces conservadores tendrían la mayoría 5-4.
“Muy orgulloso de que el Senado de EEUU haya votado “SI” para avanzar la nominación del juez Brett Kavanaugh!”, dijo Trump, al seguir la votación desde la Casa Blanca.
Durante la contienda de 2016, Trump se presentó como un candidato conservador y prometió a su base nombrar a jueces opuestos al aborto -un derecho que avaló el Tribunal Supremo en 1973- y defensores de la tenencia de las armas.
Kavanaugh saltó al frente de la lista de posibles candidatos –seleccionados con la ayuda de la conservadora “Federalist Society”- por declaraciones que hizo a favor del Ejecutivo. Trump lo nominó en julio pasado, en reemplazo del juez Anthony Kennedy, que se jubiló ese mes.
Previo a la votación, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, repitió las quejas de su bancada de que los demócratas orquestaron la demora en el voto y han estado instigando las protestas y el “acoso” de los senadores en los pasillos.
“Sabemos que el Senado puede comportarse mejor que esto, que la nación merece algo mejor que esto. Aprovechemos esta oportunidad de oro para confirmar a un juez del Tribunal Supremo que nos haga sentirnos orgullosos”, urgió McConnell.
Garland había sido nombrado por el entonces presidente Barack Obama, para reemplazar al difunto juez conservador, Antonin Scalia. Al final, tras su victoria en las urnas, Trump nombró y logró la confirmación del juez conservador, Neil Gorsuch.
La máxima corte del país tiene la última palabra en asuntos de gran envergadura nacional, y los detractores de Kavanaugh temen que, pese a su promesa de actuar de forma independiente, éste inclinará la balanza más hacia la derecha y replegar el derecho al aborto y los derechos de las minorías e inmigrantes.