Los Ángeles – EEUU.- California vivió, este miércoles, la primera jornada de apagones masivos controlados. La interrupción de la energía eléctrica afectó particularmente a miles de residentes del norte de ese estado, pero también a los habitantes de la Bahía de San Francisco.
En el condado de Sonoma, que tiene como sede a la ciudad de Santa Rosa, la falta de luz obligó a James Quinn, el encargado de una tienda de comestibles, a tirar decenas de helados. Muchos productos se dañaron o perdieron su calidad, cuando los refrigeradores dejaron de funcionar.
Por su parte, Armando Espinoza, un repartidor que suple a varios cafés ubicados en el condado, se vio obligado a cumplir con su trabajo en medio de la penumbra. De hecho, las luces de su camión eran las únicas que alumbraban las calles.
Economistas han estimado que los apagones, programados por las empresas Pacific Gas & Electric y Southern California Edison, generarán pérdidas millonarias. Los más afectados serán los establecimientos comerciales que han tenido que cerrar o trabajar a medias, a causa de la falta de luz.
Más allá de lo monetario, los cortes han trastocado la dinámica de la ciudadanía. Desde este miércoles, decenas de escuelas, como la primaria Garfield, en San Leandro, suspendieron todas sus actividades. Muchas gasolineras han registrado inusitadas colas, ante la urgencia de los conductores por llenar sus tanques.
Incluso, la seguridad de las personas se ha puesto en riesgo. En al menos 35 intersecciones de Santa Rosa, los semáforos dejaron de funcionar y ello ocasionó colisiones de vehículos. Ante esos incidentes, las autoridades han recomendado tratar todos aquellos cruces, con semáforos fuera de servicio, como si se trata de señales de alto total.
Las interrupciones controladas del fluido eléctrico son una medida que pretende evitar incendios forestales, como los de 2017 y 2018, a causa de los tendidos eléctricos que no han recibido mantenimiento y que se encuentran defectuosos.
