sábado, abril 27, 2024

El futuro de Centroamérica no invita a quedarse

SAN JOSÉ, Costa Rica.- El conjunto de los siete países de Centroamérica dejó pasar el comienzo de este siglo sin cambiar las estructuras que empujan a millones de pobladores a emigrar o a soportar con resignación una vida de pobreza e inseguridad. A pesar de algunos avances puntuales en el campo social y económico, el progreso centroamericano resulta insuficiente para evitar que más centroamericanos se sumen en los próximos años a los casi 4 millones de ellos (8% de la población) que vive lejos de su país.

Nada garantiza condiciones que reduzcan los flujos migratorios en el futuro mediano, a juzgar por los datos del Quinto Informe Estado de la Región que se presentan este miércoles con información conjunta de Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Cinco años después del último reporte de esta iniciativa académica, el istmo muestra un estancamiento en la estructura productiva, en la desigualdad social, en la debilidad de las instituciones y, sobre todo, en la calidad y cobertura de los sistemas educativos.

Aunque el informe no hace la relación directa, estas son las razones de fondo que han impulsado hacia Estados Unidos a muchos de los más de tres millones de centroamericanos que ahí viven (6.4% de los expatriados, según datos de 2015 incluidos en el estudio). La mayoría proceden del llamado ‘Triángulo Norte’ del istmo, con guatemaltecos, hondureños y salvadoreños.

De Centroamérica a Estados Unidos
Más de tres millones de centroamericanos viven en EEUU. Y cada año, miles más atraviesan México para intentar alcanzar ese destino. El fotógrafo John Moore retrató ese arriesgado trayecto. La travesía generalmente empieza en el río Suchiate, frontera entre Guatemala y México, donde decenas de personas cruzan cada día en improvisadas embarcaciones.
Con 5.4 millones de jóvenes entre 15 años y los 24 años excluidos de la educación formal (el 60% de la población en ese rango), se fortalece la barrera que impedirá a la región dar un salto sustancial en la reducción de la pobreza. Esta atrapa al 59% de la población total registrada con los datos de 2014; son 26,5 millones de centroamericanos que carecen de al menos una necesidad básica, de acuerdo con el reporte presentado este miércoles en Guatemala bajo la responsabilidad del Consejo Nacional de Rectores (Conare) de las universidades estatales de Costa Rica.

El promedio centroamericano de inversión pública en educación aumentó en este siglo 1.5 veces. Eso es bueno, sí, pero aún así llega apenas a 250 dólares por año por habitante, lo que equivale a casi la mitad de lo que se invierte en el conjunto de América Latina y a la octava parte del promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El panorama empeora si se desglosa el promedio centroamericano, pues hay grandes brechas; Nicaragua invierte solo 70 dólares anuales por habitante y Costa Rica dedica 700, como una muestra adicional de las realidades disímiles entre la parte norte y la parte sur de Centroamérica.

Los rostros de esas carencias abundan. Uno es el de Josué Huembes, un joven que a sus 18 años no estudia ni trabaja. Vive en La Carpio, una comunidad costarricense-nicaragüense marginada y estigmatizada a solo 9 kilómetros del corazón de San José. “Solo acabé la escuela primaria y he tratado de conseguir trabajo, pero ha sido imposible”, cuenta el muchacho al salir de su chabola con los 200 colones (37 centavos de dólar) que le dio su mamá para pasar la tarde. Ni siquiera ha logrado emplearse en las inestables condiciones del sector informal, que acoge al 61% de los trabajadores centroamericanos no agrícolas.

¿Tanto impacta la educación en el bienestar de la población? Parece que sí, a juzgar por las diferencias de escolaridad que tienen los pobres frente al resto de la gente en estos países. Por ejemplo, en Guatemala (donde vive uno de cada tres centroamericanos) y en Nicaragua, los hogares fuera de la pobreza duplican en años de escolaridad a los que tienen necesidades básicas insatisfechas, explica el informe.
El problema es todavía mayor que el número de años en las aulas o el porcentaje de la población que acude a ellas. La calidad de la educación tampoco da para estar tranquilos. El informe recoge las mediciones internacionales Terce, que alertan sobre problemas serios de los estudiantes centroamericanos en matemáticas, ciencias y comprensión de lectura. De nuevo, los indicadores son menos graves en Costa Rica y Panamá, pero la región como tal sigue reprobada.

“En el contexto regional, ‘hacer más de lo mismo’ o ‘no hacer nada nuevo’ implicaría agudizar los problemas de pobreza, exclusión y violencia social que este Informe documenta en detalle y ubicaría a Centroamérica en una posición de mayor rezago frente al resto de América Latina y otras regiones del mundo”, dice un pasaje del reporte.

Y una amenaza más: el tiempo. El estudio señala la urgencia de aprovechar el “bono demográfico”, como se le llama al momento en que crece más la cantidad de personas en edad productiva que las dependientes (menores de 15 años y mayores de 65). Este se agotará en el 2020 en Costa Rica y Panamá, lo que obliga a estos países a ampliar ya las oportunidades de empleo para su población en la cumbre de productividad. Mientras tanto, el resto de países debería mejorar su sistema educativo de manera sustancial, pues la mayoría de su población está en edad de estudiar. El desafío es mayor en educación preescolar y secundaria, pero los datos muestran que no se está haciendo eso ni atacando las condiciones que alejan a los alumnos de las aulas, como la pobreza o el embarazo adolescente. Todo es un círculo.

Otro factor en contra es la falta de recursos públicos, debido en parte a la productividad insuficiente después de la crisis del 2008 (crecimiento en torno al 4%), ligado al bajo rendimiento promedio del trabajador centroamericano (relacionado de su baja educación) y la escasa diversificación de los bienes que exporta la región. Esto obligó a los gobiernos a elevar su endeudamiento y poner en riesgo la sostenibilidad de sus finanzas en el corto plazo, a excepción de Nicaragua y Panamá.

Artículos Relacionados

117,480FansMe gusta
7,932SeguidoresSeguir
12,935SeguidoresSeguir
764SeguidoresSeguir
7,640SuscriptoresSuscribirte
0
0
0
0