Matamoros – México.- Conseguir estatus legal en Estados Unidos es el norte de miles de migrantes que aguardan en la frontera entre México y ese país. Pero, la “triste” respuesta de la negación del asilo acabó con los sueños de Jaison, un hondureño en busca un mejor futuro para su hijo de dos años.
En Matamoros, municipio que limita con el estadounidense estado de Texas, miles de migrantes esperan respuesta a su solicitud de asilo o una oportunidad para exponer a los agentes la razón por la cual consideran que califican para el beneficio.
A Jaison se le vino el mundo abajo al conocer la noticia. Quería darle una mejor vida a su hijo, quien le acompaña en esta travesía. Ellos se refugian en una Iglesia Católica al igual que decenas de migrantes.
“No se pudo”, dijo con lágrimas en los ojos. Era la primera vez que Jaison salía de Honduras, pero lo hizo porque en su país “no hay trabajo”.
“Me entró gran decepción en ver que había restricción para llegar (a Estados Unidos)”, lamentó en declaraciones a El Nuevo Herald.
Tenía el número 1035 en lista de Inmigración. Ya se le acabó el dinero. Y ahora debe decidir entre quedarse en México o regresar a su país.
Su mayor temor es que su hijo acabe en las pandillas que asolan a Honduras, pero después de esta dura experiencia cree que regresará. “Jamás volveré a salir de allí”.
