sábado, abril 27, 2024

Daños psicológicos en niños separados de sus padres

Estados Unidos.- La mamá de Janne dice que su hija volvió diferente: la niña feliz y obediente antes de cruzar la frontera retornó rebelde y quejosa tras ser separada de sus padres durante dos meses. “Le causó un trauma, ella cambió totalmente”, dice la guatemalteca Buenaventura Martín, la mamá, a Noticias Telemundo.

Con 7 años, la niña fue una de las miles de menores arrebatadas de sus padres por acción del gobierno de Donald Trump después de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos en 2018. Ahora, un nuevo reporte arroja más detalles sobre lo grave que fue la separación de papás de sus hijos para la salud de los migrantes.

La ONG que lo publica este martes, Physicians for Human Rights, cree que las consecuencias se extenderán a largo plazo, “incluso podría ser toda la vida”. El reporte se titula ‘No verá a su hijo nunca más: los persistentes efectos psicológicos de la separación de familias’ y acusa de “tortura” y “separación forzada”a las autoridades estadounidenses.

Los médicos vieron señales preocupantes en los niños: volvían a chuparse el dedo, tenían pesadillas y mojaban la cama. Pero haber sido separados de sus padres va todavía más lejos: se olvidan de palabras, se enfadan con mucha facilidad, se comportan mal, dejan de comer y lloran a menudo.

La política, una de las más polémicas del mandato de Donald Trump, ha separado a más de 5,000 menores de su papá o mamá al llegar a Estados Unidos como inmigrantes.

Durante dos meses, médicos de la ONG siguieron a 17 adultos y 9 menores afectados por esa política que pretendía disuadir a los centroamericanos que migran hacia el norte. Los casos analizados estuvieron separados entre 30 y 70 días.

Y los doctores dicen que las consecuencias son generalizadas y duraderas en el tiempo. La mayoría de papás e hijos sufren de estrés postraumático, desorden depresivo grave o ansiedad generalizada debido a la separación familiar que vivieron en primera persona.

“Los niños mostraron una regresión en las conductas apropiadas para su edad y tuvieron conductas diferentes a las que tenían antes de la separación”, dijo la doctora Michele Heisler, directora médica de la ONG, a Noticias Telemundo. “Después de la separación, varios de los niños tenían miedo y no podían estar fuera de la vista de sus padres”.

Además, en los adultos, los doctores detectaron cuadros de ansiedad, falta de apetito, problemas de sueño y ausencia de motivación. Algunos adultos lloraban y se sentían en un “hoyo negro”, incluso dos de ellos tuvieron pensamientos suicidas cuando estuvieron lejos de sus hijos.

Janne y sus padres no forman parte del estudio pero también notaron esos cambios en casa. La niña de 7 años fue separada de su papá y, durante meses, culpaba al progenitor de esa separación. Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) que los detuvieron dijeron al padre que preparara a su hija, él le hizo una trenza y pensó que volvería en unos minutos, pero no retornó.

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