“Reconsidere viajar a Nicaragua debido a los crímenes, los disturbios civiles y la disponibilidad limitada de atención médica”, indicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Además, ordenó la salida de los familiares de los cargos diplomáticos estadounidenses radicados en Nicaragua y autorizó a sus trabajadores a abandonar el país de forma voluntaria.
Las protestas contra Ortega comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se han convertido en una reclamación que pide su renuncia entre acusaciones de abuso de poder, ejecuciones extrajudiciales y corrupción.