Roban el Oscar a Frances McDormand. Aunque todos los premios son iguales, por razones obvias algunos son más codiciados que otros, y el de la ganadora a la Mejor actriz principal del año es el típico que la gente se muere por tener durante unos segundos en sus manos. Máxime cuando ella fue la única que puso a todas las mujeres en pie con su discurso.
Categoría codiciada
Y McDormand, que ya ganó otro hace dos décadas, es consciente del deseo que despierta el de su categoría, por eso no tuvo problema en dejar a los invitados al Governors Ball, otra de las fiestas más exclusivas de la noche, tuvieran su segundo de gloria sosteniendo su Oscar.
Un detalle que ha acabado en susto descomunal cuando una de las personas que se lo pidieron salió corriendo con la estatuilla en la mano nada más hacerse la foto.
Una de las periodistas que cubrían el evento para el New York Times, llamada Cara Buckley, fue de las primeras en hacerse eco del incidente en Twitter compartiendo incluso una foto del sospechoso que uno de los fotógrafos le había sacado segundos antes del incidente.
Nada más conocerse la noticia, la seguridad del recinto se puso manos a la obra para recuperar el Oscar, algo que no les llevó demasiado tiempo. El ladrón, según ha confirmado la policía de Los Ángeles, ha sido arrestado.
Lo importante es que el premio ha vuelto sano y salvo a las manos de la protagonista de Tres anuncios a las afueras, que de manera involuntaria volvió a ser partícipe de otra de las grandes anécdotas de la noche, aunque esta vez no por interpretar a una mujer que desconfía de todo su pueblo sino más bien por todo lo contrario.
